En el Día Mundial del Medio Ambiente, arranca el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas: 10 años de acciones urgentes para prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todos los continentes y océanos.
La pandemia de Covid ha puesto de relieve la importancia que la conservación de los ecosistemas tiene para mantener el equilibrio de los hábitats naturales: los estudios indican que la pérdida de biodiversidad crea las condiciones adecuadas para que diferentes virus, incluido el coronavirus, se propaguen más rápidamente.
Íntimamente relacionado con la pobreza y los éxodos, el cambio climático debería ser hoy en día una prioridad para evitar una extinción masiva de ecosistemas: la flora y la fauna están gravemente amenazadas, y la desertificación y la sequía llevan a millones de personas cada año a migrar de zonas donde es ya imposible cultivar para garantizar la soberanía alimentaria de las familias.
Además, las emergencias causadas por el cambio climático, son cada año más frecuentes, cíclicas y duraderas, afectando cada vez a más partes del mundo de manera más grave. La Agencia de Naciones Unidas para el refugiado (ACNUR) vaticina que en los próximos 50 años entre 250 y 1.000 millones de seres humanos abandonarán su hogar a causa del cambio climático.
Ante este escenario, el medio ambiente ha cobrado una importancia vital en el marco en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. No solo en ODS específicos como el número 13 (Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos), 14 (Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible) o 15 (Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad). Sino también de manera transversal en muchos de ellos con referencias ala creación de empleos verdes, ciudades sostenibles, o consumo responsable.
Además de las iniciativas globales sin las que será imposible alcanzar las metas incluidas en los ODS, son muchas las acciones pequeñas y locales que debemos llevar a cabo para proteger a las personas y al planeta.
Escuelas resilientes contra el cambio climático, rescate de semillas y cultivos locales, sistemas de generación de alimentos a pequeña escala a través de huertos familiares, la dotación de sistemas de riego sostenibles o las acciones de sensibilización sobre los efectos del cambio climático, son algunas de ellas.
El Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas afirma que aun podemos revertir el daño que hemos hecho, siendo la primera generación en reinventar, recrear y restaurar la naturaleza para impulsar la acción hacia un mundo mejor.
¿Te sumas?
(Imagen: Clasificación de la cosecha en nuestro proyecto "Formación en Cultivos Nativos y rescate de semillas criollas y locales, en Nueva Cadenita, San Francisco Mollejón, Guatemala)