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Diabetes en los gatos. Causas, síntomas y tratamiento

Por Jgallego19
diabetes en los gatos

La diabetes mellitus, o diabetes de azúcar, es un trastorno endocrino común en los gatos. Hay dos tipos de diabetes: tipo 1, en la que el páncreas no produce suficiente insulina, y tipo 2, en el que las células del cuerpo no responden adecuadamente a la insulina. La mayoría de los gatos tienen diabetes tipo 2.

¿Qué es la diabetes felina?

La insulina es una hormona producida por las células de los islotes pancreáticos y su función es la de favorecer la incorporación de glucosa de la sangre hacia las células.

Cuando un gato come, los alimentos se descomponen en compuestos orgánicos en el intestino delgado, uno de los cuales es la glucosa. La glucosa es absorbida por las células para obtener energía, crecer y repararse. Cuando la glucosa entra en el torrente sanguíneo, el páncreas produce la cantidad de insulina necesaria para permitir que la glucosa entre en las células, actuando como una clave para desbloquearla. Cuando la insulina llega a la célula, la estimula para activar los transportadores de glucosa, tirando de la glucosa a través de la pared de la célula.

En la diabetes tipo 1, las células del sistema inmunitario atacan y destruyen las células de los islotes que se traduce en una disminución del número de células productoras de insulina.

En la diabetes tipo 2, las células desarrollan una resistencia a la insulina, y a pesar de que el páncreas produce suficiente insulina, ésta no es capaz de desbloquear las células de manera eficiente para absorber la glucosa.

Cuando las células no tienen suficiente glucosa, ya sea porque no hay suficiente insulina o porque el cuerpo ha desarrollado una resistencia hacia ella, carecen de la energía necesaria para que el cuerpo del gato funcione correctamente.

¿Qué ocurre en un gato diabético?

La diabetes tiene muchos efectos en el cuerpo del gato.

  • La glucosa se acumula en el torrente sanguíneo (altos niveles de azúcar en la sangre), lo que se conoce como hiperglucemia.
  • Debido a que la glucosa no puede entrar en las células, el cuerpo no recibe suficiente energía y el gato comienza a perder peso, a pesar de tener un apetito saludable. Si la diabetes no se trata, el cuerpo comenzará a romper sus propias grasas y proteínas para su uso como energía, lo que llevará a una mayor pérdida de peso. Las cetonas en la orina y la sangre son un subproducto de la digestión del cuerpo de sus propios tejidos. Como dueño de un gato diabético, puede que tengas que analizar la orina de tu gato en busca de cetonas. Esta prueba se realiza utilizando tiras (las puedes conseguir en farmacias o en tu veterinario), que se sumergen en la orina. La tira cambiará de color, determinando si hay cetonas presentes o no en la orina. Las cetonas en la sangre o en la orina son una señal de que la enfermedad ha progresado. La cetoacidosis es una complicación grave y requiere atención veterinaria inmediata.
  • Los niveles altos de glucosa en la sangre causan que las células comiencen a funcionar mal debido a la falta de glucosa; las células pierden la capacidad de reproducirse a sí mismas cuando se completa su ciclo de vida.
  • Los riñones intentan eliminar la glucosa de la sangre, produciendo grandes cantidades de orina, lo que provoca el exceso de sed en el gato. Esto se conoce como la polidipsia (PD). Debido a que la mayor carga de trabajo se concentra en los riñones, a menudo estos son los primeros órganos en mostrar signos de daños.
  • Los niveles altos de azúcar en la sangre también tiene un efecto perjudicial sobre los pequeños vasos sanguíneos que nutren la retina. Esto se conoce como retinopatía diabética y puede causar problemas en la vista, desde problemas de visión leves hasta la ceguera total.
  • Debilidad en las piernas (neuropatía). Las células nerviosas también son susceptibles a los niveles altos de glucosa en la sangre. Las células nerviosas, las oculares y las renales no requieren insulina para absorber la glucosa, por lo que en un gato diabético, podrían estar absorbiendo grandes niveles de glucosa. La debilidad en las piernas es causada por este daño a los nervios.

Cuanto antes se detecte la diabetes, menos tiempo tiene la enfermedad para dañar el cuerpo del gato, así que es importante buscar atención veterinaria tan pronto como detectes cualquier cambio en tu gato.

Síntomas de la diabetes en los gatos

Los síntomas de la diabetes incluyen:

  • Aumento de la micción y la sed
  • Pérdida de peso
  • Aumento del apetito (polifagia)
  • Vómitos
  • Mal estado del pelaje (pelaje seco y apagado, caspa)
  • Debilidad en las patas traseras
  • Mal aliento

Tenga en cuenta que, dependiendo de la gravedad y del tiempo que tu gato ha sido diabético, puede que no percibas todos estos síntomas.

Es importante que estés siempre atento del bienestar de tu gato en general, así como de sus hábitos alimenticios y a la hora de ir al baño; si ves cualquier cosa fuera de lo normal, consulta a tu veterinario tan pronto como sea posible.

Causas de la diabetes en los gatos

Hay varias razones por las que un gato puede llegar a ser diabético:

  • La obesidad es el gran factor de riesgo para el desarrollo de la diabetes y, por desgracia, cada vez más gatos tienen sobrepeso.
  • La predisposición genética puede causar resistencia a la insulina.
  • El síndrome de Cushing causa niveles elevados de azúcar en la sangre, lo que puede conducir a una diabetes secundaria.
  • La pancreatitis resulta en la destrucción de las células pancreáticas, lo que conduce a una disminución del número de células capaces de producir insulina.
  • Algunos medicamentos (esteroides) también pueden desempeñar un importante papel en el desarrollo de la diabetes.

Como dato, destacar que los gatos machos tienen el doble de riesgo que las hembras de padecer diabetes. El mayor riesgo se encuentra en los gatos machos castrados de más de 10 años de edad y más de 7 kilos de peso.

Diagnóstico de la diabetes en los gatos

Un diagnóstico provisional puede ser realizado en base a los síntomas presentes. El agrandamiento del hígado (hepatomegalia) debido a la acumulación de lípidos, la pérdida de peso, un pelaje pobre y la deshidratación pueden hacer sospechar de diabetes, pero hay que tener en cuenta que estos síntomas pueden ser causados por otras enfermedades también, por lo que es necesario un examen físico por parte de tu veterinario para el correcto diagnóstico de la diabetes en los gatos.

El diagnóstico basado en una sola prueba de sangre puede resultar impreciso, ya que es posible que se muestren niveles elevados de glucosa en sangre como resultado de la tensión y el estrés (conocido como hiperglucemia transitoria). Por lo tanto, un diagnóstico basado en una sola prueba de sangre y/u orina no puede dar un diagnóstico definitivo de la diabetes. Hay varias soluciones a esto, como llevar a cabo varios análisis de sangre y orina en el tiempo, o tratar de recoger una muestra de orina en casa, cuando el gato no esté estresado.

Medir los niveles de fructosamina en la sangre es otro método para la comprobar la existencia de diabetes. La fructosamina se forma cuando la albúmina (una proteína de suero de la sangre) y la glucosa se unen; esta medición da una idea del promedio de glucosa en sangre dos o tres semanas antes. El hipertiroidismo puede causar una disminución en el resultado. El estrés crónico puede causar un pequeño aumento, pero por lo general no en el mismo rango que la diabetes.

La presencia de cetonas en la orina indica que la enfermedad ha progresado.

Tratamiento de la diabetes en los gatos

Hay muchos posibles regímenes para el gato diabético, dependiendo de la gravedad de la enfermedad. El objetivo principal es mantener los niveles de glucosa en la sangre bajo control. Esto puede ser un gran acto de equilibrio que requiere un cuidadoso control para garantizar que los niveles no sean demasiado altos ni demasiado bajos.

La diabetes tipo 1 requiere inyecciones diarias de insulina.

La diabetes tipo 2 se trata con la gestión de la dieta, la reducción de la obesidad y, si es necesario, inyecciones diarias de insulina.

  • Dieta

En los casos leves, la enfermedad puede ser controlada sólo con dieta.

Si el gato no está enfermo y no tiene cetonas, puede ser posible controlar la diabetes sin el uso de insulina, simplemente con la modificación de la dieta y/o la pérdida de peso bajo la supervisión de tu veterinario. Los gatos que viven en estado salvaje, en su mayoría consumen proteínas en su dieta, sin embargo los alimentos comerciales para mascotas de hoy en día (especialmente la comida seca) contienen entre 30 y 70 % de carbohidratos. El gran objetivo es reducir la cantidad de carbohidratos en la dieta cambiando la comida seca por comida húmeda enlatada o comidas preparadas en casa. De hecho, algunos gatos han invertido su diabetes gracias al cambio a una dieta baja en carbohidratos.

  • Medicamentos

Los fármacos hipoglucemiantes orales (como la glipizida) pueden ser prescritos. El mecanismo exacto de la glipizida es desconocido, pero se cree que estimula al páncreas a liberar insulina. Este tratamiento sólo es eficaz si el páncreas sigue produciendo algo de insulina.

Control: A pesar de que la diabetes puede ser leve, el cuidadoso control del gato es vital. Si empeora, desarrolla cetonas o permanece constantemente hiperglucemiante (con alto nivel de glucosa en sangre), entonces el siguiente paso será la insulina.

Insulina: Es necesaria la inyección de insulina una vez o dos veces al día. Se administra por vía subcutánea (bajo la piel) en la piel del cuello. Esto se puede hacer en casa, por lo general, a horas regulares. Cada gato responde de manera diferente a la insulina, y puede ser necesario ajustar las dosis en base a los perfiles de glucosa en sangre, la respuesta clínica y el control de glucosa en orina.

La hipoglucemia (bajo nivel de azúcar en la sangre) es una complicación potencialmente peligrosa de la terapia con insulina. Ésta es causada bien por un exceso de insulina o bien porque el gato no come lo suficiente. Los niveles de azúcar en la sangre del gato bajan peligrosamente. Dar al gato comidas pequeñas pero frecuentes le ayudará a evitar esta condición, pero una cuidadosa monitorización de los niveles de azúcar en la sangre del animal es muy importante.

Los signos de hipoglucemia incluyen debilidad, apatía, letargo, marcha tambaleante, convulsiones y coma. Si se deja sin tratamiento, puede conducir a la muerte. Si notas cualquiera de estos signos en un gato diabético, debes ofrecerle algo de comer inmediatamente. Si esto no es posible, frota una cucharada de jarabe de maíz en sus encías. No fuerces la ingestión de fluidos o líquidos por la boca, y mantén los dedos colocados dentro de la boca del gato cuando tenga convulsiones o se encuentre en un estado de coma. Debes notificar lo ocurrido a tu veterinario de inmediato, para que pueda reajustar la dosis.


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