Cartooniced…Por César del Campo de Acuña
Dibujos que dan mal rollo – Warau Seerusuman
Ayer mismo, en el artículo que le dedique a la recomendable antología Fragmentos del mal de Junji Ito, ya les comente que nunca he sido de los que leían mangas o veían animes como si no hubiera un mañana. Creo que nunca llegue a terminar de ver Caballeros del Zodiaco, Ranma 1/2, Campeones o Dragon Ball Z (me quede en el torneo de Cell y dije: ¡Basta!), aunque si llegue a completar Chicho Terremoto (Dash!! Kappei), Bola de Dan y El Guerrero Samurai (Rurouni Kenshin). No es que tuviera nada en contra de las series anteriormente mencionadas, pero me terminaban por aburrir debido a como las eternizaban y a lo mucho que se repetían sus tramas. Por otro lado yo sufrí la psicosis aquella que le dio a las madres a principios de los 90 con todo lo que tuviera que ver con los productos animados o en viñetas de origen japonés y claro a base de vivir en esa tensión, algo de tirria le acabas cogiendo y más cuando un día pasabas por casa de un colega y te ponía Urotsukidōji sin avisar y después de comer.
Los japoneses y su desconcertante habilidad para plasmar de manera artística cosas que dan un mal rollo que te pasas es algo que siempre me ha dejado en fuera de juego, hasta tal punto de no disfrutar plenamente de videojuegos tan buenos como Bayonetta o Parodius por su “japonesidad”. En fin, de manera inevitable el tiempo paso, y un día viendo un episodio de Game Sack (concretamente Left in Japan 6) conocí la existencia de The Laughing Salesman, un personaje de esos que tan solo los japoneses son capaces de imaginar. El caso es que las imágenes que pude ver del videojuego para Mega CD, así como los comentarios de Joe Redifer, me intrigaron lo suficiente como para buscar más información en la red sobre este sonriente y trajeado hombrecito de aspecto siniestro.
Creado por Motoo Abiko (más conocido como Fujiko Fujio (A), uno de los padres de Doraemon) en 1969, Warau Seerusuman nos presenta a Fukuzo Moguro un amable y siempre sonriente vendedor ambulante de aspecto burlón y espeluznante que se dedica a hacer realidad los sueños y anhelos de sus clientes de una manera un tanto peculiar. Moguro, hará lo que sea con tal de llenar esos vacíos, esos deseos confesables o inconfesables y los llenara, pero siempre nunca revelara el precio de sus servicios, que no es otra cosa que el alma de sus clientes. Moguro, como les decía, es capaz de organizar cualquier cosa: buenas ventas para un mal artista, una cita con una estrella de la televisión, un apartamento de lujo para un mangaka insatisfecho con su humilde piso, un viaje alrededor del mundo…lo que sea. Los problemas llegan cuando el receptor de los favores de Moguro abusa de los mismos y es entonces cuando el sonriente vendedor ambulante pone en marcha su magia para convertir la vida de su cliente en un infierno (desde llevarlo a la cárcel, hasta arruinarlo destruyendo su presente y su futuro).
Evidentemente, la serie de Warau Seerusuman comenzó en las páginas de un manga que se publicó entre 1969 y 1971. No sería hasta el año 1989 que llegaría a la televisión, donde gozo de una gran popularidad. La serie se emitió, como decía, entre 1989 y 1992 y se produjeron un total de 100 episodios. Ya lo he mencionado, pero cada episodio trata sobre como Moguro arruina la vida de una de sus víctimas de un modo u otro y en cada episodio se tratan temas tan serios como el miedo a la responsabilidad, la insatisfacción personal ante la vida, el alcoholismo, la envidia, la soledad…pero claro, todo esto es tratado en una serie de manga/anime que tiene el mismo trazo que Doraemon y el Ninja Hattori lo cual te deja muy descolocado. El caso es que cuando vi unos cuantos episodios, el tipo me empezó a dar un mal rollo de libro y no solo por sus acciones, sino por esa vocecilla tan siniestra que tiene y su aspecto. Aun así, con este anime, pasa como con las películas de terror, que no puedes dejar de verlo. Hay algo en sus tramas que, a pesar del mal rollo que da el catalizador de todo lo que sucede, te empujan a ver un episodio detrás de otro.
Warau Seerusuman, puede no ser nuevo para muchos, pero si no lo conocían me alegro que encontraran esta creación de Motoo Abiko aquí. Confió en que disfruten tanto como yo con estas peculiares historias sobre las miserias del alma. Eso sí, no olviden en desconfiar de aquellos que les ofrezcan más de la cuenta, las apariencias engañan, y detrás de una amplia sonrisa y un traje, se puede ocultar la perdición.
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