Durante una conferencia sobre “El arte del relato corto” en la Universidad de la Manuba en Túnez, presenté, al final de mi disertación, estas diez pautas, de mi autoría, que me han servido para escribir. Me pidieron algunas personas que se las compartiera. Prometí que así lo haría. Aquí cumplo humildemente. Espero le puedan servir a alguien durante la entrega a ese acto hermoso, tan privado y que después se torna tan público, que es la escritura.
- Obedece a tu instinto de escritor. Este puede revelarse en el medio de una ducha o en una reunión de trabajo, o hasta en medio de la noche. Escúchalo porque puede ser pasajero. Anótalo, repásalo. Una idea puede ser tan fugaz como una de esas estrellas. Si la atrapas y la observas, entonces seguirá creciendo y brillando.
- Estudia el proceso de la escritura, conoce lo que es el ensayo, la autobiografía, la novela, el cuento, los mitos y fábulas, el aforismo y el relato corto, etc. Estudia todos los géneros literarios que puedas con sus reglas y conceptos. Y después de conocer bien cada uno y cómo deben escribirse, no tengas miedo en desordenarlos. En mezclarlos y jugar con ellos. Nada más delicioso que mezclar ingredientes y jugar con un plato en la cocina. En la escritura también lo es. No garantizo el resultado, pero puede ser divertido y enriquecedor.
- Ordena tus pensamientos, construye tu historia en la cabeza. Medita en ella mientras caminas o vas rumbo al trabajo. Construye un principio, un conflicto y un desenlace. Dialoga con tus personajes. Conócelos y después siéntate a escribir. Si entonces los caminos se bifurcan, aparecen unos nuevos y conoces de la nada nuevos personajes; no tengas miedo de despedir a los que ya tenías. Aventúrate, camina hacia otros rumbos.
- Disfruta escribiendo. Escribe en éxtasis, deja que la emoción te invada, entrégate a la obra. No importa el ambiente donde estés. Encuentra este oasis donde están tus ideas. Si puedes disfrutar escribiendo, los lectores también lo disfrutaran. Tus frases tienen el poder de transmitir más allá de sus significados, su esencia y la fuerza con que fueron construidas.
- Observa. Camina en los zapatos de otro. Metete en sus gestos, derrama sus lágrimas, siente el hambre en su estómago y el deseo en su vientre. Y después transfórmalo en tu personaje. Vive su drama.
- No compitas con la realidad, si la copias fielmente nadie te creerá. Elabora una historia que sea más comprobable que lo real. Como si tuvieses que dar testimonio de cada frase en una corte donde serás juzgado por la verosimilitud. No des un paso sin mirar tus pisadas. Cuida los detalles.
7. Lee tu trabajo en voz alta varias veces. (Una vez que lo publiques, déjalo ir). Corta lo que no es necesario. Busca la palabra adecuada para una frase, sustituye, vuelve a la palabra original, léelo de nuevo hasta estar seguro. Una palabra puede cambiar el sentido de una frase, de un cuento y de una novela. Luego deja reposar tu trabajo. Al releerlo, luego de esto, sabras si esta listo.
8. La escritura conlleva trabajo. Como dicen por allí: 10% inspiración y 90% transpiración. Federico García Lorca decía: “Uno es poeta por la gracia de Dios, pero también gracias al trabajo y al esfuerzo diario”. La vida cotidiana te roba tiempo para escribir, no es de extrañar que le robes el tiempo a la noche. Muchas veces vas a empatar las noches con el día, frente a una pantalla.
9. Lee, aprende de otros escritores, nútrete con los clásicos y después encontrarás tu propia voz.
10. Déjate llevar por el espíritu de ese ser trascendido que te busca y te habita. Ríndete a él. Reconócelo y suéltalo en tu escritura.
Decía Alberto Manguel: “Las grandes obras de la literatura universal son vastos panoramas globales o minúsculos retratos de la vida cotidiana”. Yo agregaría que esas grandes obras contienen de ambos. Al combinarlos, conseguimos el relato mejor logrado.
Como sugiere el filósofo y pensador ruso Mijaíl Bajtín en sus interesantes teorías, escoge y aprende a trabajar el cronotopos, (espacio y tiempo en el que se desarrolla la historia). Escoge que tipo de narrador (o narradores) quieres usar en tu relato y juega ese papel. Tú diriges tu propia orquesta.