El próximo viernes 13 de noviembre de 2015, nos reuniremos el jurado del Concurso de Relatos Leopoldo Alas Clarín, que convoca la Sociedad Cultural Recreativa Clarín (SCR) Clarín de Quintes, para fallar el premio de esta edición. No lo tenemos fácil. Ni ahora, para elegir un solo ganador entre los 12 relatos finalistas. Ni antes durante la criba inicial entre los más de 300 relatos presentados. Porque la calidad y el interés de las obras recibidas es altísimo y la temática, los estilos, las intencionalidades… tan diversos… No es un tópico. Ha habido otras ediciones en las que, junto a los relatos de calidad, llegaban otros muy verdes. Este año, por la experiencia propia y la conmigo compartida por otras compañeras y compañeros del jurado, la valoración global del conjunto es muy muy alta, insisto. Mientras los leía no dejaba de asombrarme de los buenos escritores que anónimamente pican a nuestras puertas. Me alegra y me produce un cosquilleo de envidia sana.
Enhorabuena a todos los participantes por su pluma y su ingenio. Y enhorabuena las directivas sucesivas de la SCR Clarín por mantener vivo y, actualizo, con buena salud este certamen reputado y consolidado. En especial, enhorabuena a la actual directiva y a su actual coordinadora, Reyes Ugalde, que sabemos el trabajo que da gestionar este volumen de candidaturas.
Calidad, originalidad, creatividad… los criterios de evaluación que el jurado tiene en cuenta han dado notas altas en esta edición. Se ve que quien se presenta no lo hace para probar, sino que abundan cada vez más los escritores expertos, profesionales o amateurs.
De hecho, hasta hoy, tras la mayoría de los ganadores hay excelsos currículums de publicaciones. Personas con experiencia y éxitos literarios. ¿Quién será este año la autora o el autor afortunado? Esperamos con impaciencia conocer su nombre y persona.
Observo que ha desaparecido la negrura y desazón, la tristeza de años anteriores a la hora de reflejar la realidad socia actual. El contenido de los relatos fue de la mano en ediciones pasadas con la crisis socioeconómica y sigue yendo. No obstante, como en el momento presente estamos saliendo de la crisis (según algunos políticos) o nos hemos acostumbrado a ella (yo estoy más por esta lectura), el tono, el enfoque de las candidaturas recibidas han perdido sordidez. Se abordan situaciones duras pero incluso con humor y con extensión positiva, más desde la naturalidad que desde el drama.
A continuación, un compendio de los temas con que me he encontrado en mis lecturas de jurado:
- La muerte. Abordada desde el vacío que deja en el amado, pero también como cambio normalizado y parte natural de la historia humana. Las muertes absurdas de la guerra, la muerte por asesinato. ¡Los funerales! desdramatizados y hasta tratados con humor.
- La vejez. La dureza de esta etapa. Encontramos tristeza lírica, pero también guiños de humor, comedia. El valor de las personas a una edad rica en existencia. El valor de los ancianos en la familia. La relación especial y simbiótica para ambas partes de los mayores con los niños.
- El campo, lo rural. Su crudeza. La dureza de los sentimientos de sus personas en geografías extremas. El campo en la posguerra: la miseria del pueblo llano, los privilegios de los ricos. El abuso de poder por quien lo tenía. La España de nuestra novela social.
- La enfermedad, incluso de los niños. Emotiva pero no descarnada.
Fantasía, aunque son minoría estos relatos. - El crimen. Relato negro, incluso con la picaresca del mejor género.
- La guerra desde el punto de vista de su sinrazón en las personas obligadas ejercer de soldados y expuestas a una muerte absurda. Enfoques más puros de lo bélico desde esta mirada humana y otros más originales.
- Algún original relato erótico.
- Relatos históricos. Vidas de personajes reales, momentos claves de la historia reciente y pasada.
- Animalismo. La relación de pareja humano-mascota.
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