Publicado en Prevención de Riesgos Laborales el 19 de septiembre de 2013
La edad influye a la hora de sufrir una mayor o menor siniestralidad laboral. Además, los riesgos psicosociales y las enfermedades son distintos en función del grupo de edad que tengan los trabajadores, según el informe “Análisis del mercado laboral, condiciones de trabajo y siniestralidad. Una perspectiva según la edad”, elaborado por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo. El estudio explica cuáles son las diferencias básicas sobre condiciones de empleo, condiciones de trabajo y siniestralidad entre las diversas franjas de edad, las cuales se resumen en los perfiles siguientes:
1. Jóvenes (de 16 a 30 años)
Son los que trabajan en horarios más desfavorables, destacando el trabajo a media jornada, a turnos, trabajo nocturno, sábados y días festivos. Este colectivo es el que está sufriendo en mayor medida las consecuencias de la crisis sobre las condiciones laborales. La combinación de elevadas exigencias de la tarea y de menor autonomía supone la existencia de un riesgo psicosocial. Los jóvenes presentan, con mayor frecuencia que los otros grupos de edad, riesgos de cortes y pinchazos y caídas de objetos, materiales o herramientas. Los accidentes de trabajo tienen como causa las distracciones, despistes o falta de atención (48,9%), seguidas del ritmo de trabajo elevado (21,6%), levantar o mover cargas pesadas (16,3%), causas relacionadas con el tráfico (9,1%) y falta de espacio y limpieza, o desorden (8,1%).
2. Mediana edad (de 31 a 54 años)
En relación con el ambiente físico de trabajo, uno de cada cuatro trabajadores de este colectivo manifiesta estar expuesto a ruido no muy elevado pero molesto. Además, en mayor medida que el resto de trabajadores (23,9%), manipulan o respiran sustancias nocivas o tóxicas. En lo relativo a la carga física, un 78,3% de estos trabajadores siente molestias musculoesqueléticas que achaca a posturas y esfuerzos derivados del trabajo.
Los trabajadores de este colectivo perciben que trabajan más rápido que los trabajadores mayores (46,5%) y que realizan tareas complejas con mayor frecuencia que el resto de grupos de edad.
3. Mayores (de 55 años y más)
El tsunami del paro que arrasa la realidad socioeconómica española en los últimos años, está provocando que el colectivo de 55 años y más deje en un segundo plano las condiciones en las que realiza su trabajo y dirija su preocupación al riesgo de perder su empleo.
En cuanto a la carga mental, se ha producido un aumento de la necesidad de mantener en su trabajo un nivel de atención alto o muy alto (75%) y la necesidad de atender varias tareas al mismo tiempo (38%).
Si hay un tema sensible que diferencia a los trabajadores de 55 y más años de los otros dos segmentos de edad es el relativo a la salud. Ocho de cada diez trabajadores de este segmento de edad manifiestan que tienen algún problema de salud. Los más frecuentes son los problemas musculoesqueléticos (dolor de espalda, dolor de cuello/nuca o dolor en extremidades superiores e inferiores), el cansancio/agotamiento y el estrés, ansiedad o nerviosismo. A estas dolencias hay que añadir los problemas visuales, los problemas para conciliar el sueño, la tensión arterial alta, los problemas auditivos y la depresión o tristeza, que son más acusados en los trabajadores de más edad.
En definitiva, las diferencias existentes entre los tres grupos hacen aconsejable trazar una estrategia de seguridad y prevención de riesgos laborales que tenga en cuenta sus particularidades y que se adapte a las particularidades y necesidades de cada uno de los grupos.