El Dinophysis está protegido por una envoltura formada por un pequeño número de placas de celulosa dispuestas regularmente. Es ésta la característica de los Peridinios. El flagelo, llamado de cinturón, se encuentra alojado en un surco situado en la parte superior de la envoltura.
Uno de sus bordes se prolonga en una especie de membrana con forma de embudo, lo que confiere a este protozoo el aspecto de ir tocado con boina o gorro marinero. Los flagelados pueden llegar a nutrirse directamente a partir de los elementos minerales, en presencia de luz. Los que pueden hacerlo son de naturaleza vegetal, los otros de naturaleza animal.
Por eso, los Peridinios van provistos de corpúsculos de colores, con predominio del amarillo, que contienen los pigmentos necesarios para la fotosíntesis. Estos corpúsculos pueden ser de diferentes colores, según las especies de Peridinios. Estos, pues, forman parte del plancton vegetal que constituye la base de la vida en los mares.
Algunas especies, localizadas en gran número, son, sin embargo, tóxicas para los animales mayores y, en consecuencia, para los hombres que han de comer a éstos. Nunca se insistirá bastante en la importancia del plancton, dada su condición de primer eslabón en un ciclo de alimentación.