Otro ejercicio más de lo hija de puta que puede ser la industria.
Con el cadáver aún caliente de Amy Winehouse, que aunque murió con 27 no era ya demasiado bonito, y con el morbo como primer reclamo, sacan al mercado un disco hecho de retazos, de canciones en discos de otros, versiones (muy dignas, como no), y su voz potente y personal, que en realidad es lo que salva todo esto.
No fuí demasiado fan en vida, ni lo seré ahora...creo, pero me rindo ante evidencias tales como la versión espectacular de Will you still love me tomorrow de The Shirelles; ante el dueto con el veterano Tony Bennet en la legendaria Body and Soul, donde queda latente realmente su carisma interpretativo; la aterciopelada Halftime; o mi preferida de todas las de su discografía, la enorme cover de Valerie de The Zutons, que aquí también se nos muestra en (68 Version), con un regusto más clásico, no sé si más acertado, Mark Ronson y Salaam Remi (los productores) sabrán.
Resumiendo, y volviendo al inicio de la reseña, una muestra más de la falta de escrúpulos de los que mueven el cotarro musical (y no será el último, con esta artista digo), total para no aportar nada que no supíeramos, ni nada excesivamente relevante para seguir con nuestras vidas.
En fín, que por ellos hagan, aunque no dudo que los dividendos que deben llevar a estas alturas, con la navidad ya pasada, compensará cualquier mala consciencia posible.