Tras el para mi decepcionante Universo, el bueno de Shuarma regresa al mundillo discográfico con las pilas renovadas y abandona esa aura de Manu Chao trasnochado que invadía el disco anterior, que acusaba un exceso de panfletos y nos enseñaba a nuestro admirado artista como una especie de Bono/ Chris Martin nacional, cosa no necesariamente buena.
Y es que a quien no nos gusta el politiqueo en la música, cuando lo encuentras, llega a ser excesivamente cargante y ya no das las oportunidades que tal vez muchos merecerían.
Para este El poder de lo frágil, regresa al rock poderoso y personal que nos tenía acostumbrado en Elefantes, pero corregido, renovado y aumentado, consiguiendo unos resultados casi súblimes.
Encontramos la épica de La única opción (guitarras veloces y poderosas y falsete incluidos), la contundente Otra ráfaga de luz, escogida sabiamente como single y mejor ejemplo de esa renovación del sonido de su anterior grupo, cómo he dicho ya antes. Destacables también Vuelvelo a intentar, con ese sonido Morrissey y palmas adictivas, seguro que de las mejor transportables al directo del disco, la romántica Sigo aquí, con esa voz que sólo Shuarma sabe regalarnos y que nos pone los pelos de punta, cercana a la melancolía del gran Antonio Vega o una de las más oscurillas del disco y diría que de las mejores de este trabajo, Virgen de Guadalupe.
Lo que está claro es que Shuarma regresa en buenísima forma y que nos vuelve a recoger a los fans perdidos en el peldaño anterior.Tanto es así, que en su primera semana en el mercado, entró directo al numero 19 de ventas.
Y es que El poder de lo frágil transmite la fuerza, carisma, autenticidad y sobre todo transparencia, que un artista como el barcelonés es capaz de transmitir. Seguiremos sus pasos...