Revista Deportes

Discrepancia lanuda

Publicado el 10 febrero 2012 por D10
En todos los ámbitos democráticos de la Argentina, y muy especialmente en el fútbol, existe la dañina costumbre de discutir a partir de una premisa equivocada. Lo que antes era una recurrente equivocación sofista tomada con sorna por quienes entendían el verdadero sentido de una discusión, se ha convertido en el único recurso discursivo. Sucede que durante décadas hemos sido instruidos en la negación del conflicto, cuando no es sino el conflicto, la discusión, la comparación de argumentos, el método más rico para crecer y para pelear contra la sujeción del poder. Pero no me detendré en las razones, por ahora, sino en los hechos.
Pasa un tipo, señala con un dedo, y dice: Esa oveja es blanca.
Otro le responde: Señor, perdonemé, en realidad es negra.
Ninguno de los dos ha advertido que están frente a una vaca.
Quien tuviera la osadía de acercarse y advertirles a los señores que en realidad el animal al que están refiriéndose no es una oveja sino una vaca, sería señalado inmediatamente como un loco sin rumbo que interviene en conversaciones ajenas, y la discusión entre los dos señores cambiaría a la de dilucidar si el loco sin rumbo interviene en temas ajenos o en temas que le competen. Para cuando la discusión termina, la vaca es oveja, y el sabio, un loco sin rumbo.
Vuelvo a las razones; recurrimos a lo más fácil, adoptamos una creencia que permanece inmodificable absteniéndonos de averiguar si acaso es equivocada. Cuanto menor es el esfuerzo intelectual, mayor es el grado de aceptación, y cuanto mayor es el grado de aceptación, menor es la libertad de la que se dispone. La cómoda reducción del universo para tener todo al alcance de las propias percepciones, es el chip que ha instalado el imperialismo intelectual en la cabeza de las sociedades, y mientras la vaca continuara siendo oveja, falsas lanas compraremos.

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