Revista Opinión

Discurso del odio y libertad de expresión

Publicado el 22 julio 2016 por Elblogderamon @ramoncerda

Antes de entrar en condenas judiciales creo que debería clarificarse qué se considera discurso del odio, porque eso es muy relativo. Me parece que la libertad de expresión es algo tan sumamente importante que condenar expresiones porque puedan considerarse «discurso del odio» puede acabar siendo contraproducente.

¿Qué es realmente discurso del odio?

#discurso del odio

Condenar el discurso del odio es caminar sobre la cuerda floja

No lo sé, y pienso que nadie lo sabe, no está específicamente explicado en ningún sitio, es algo subjetivo y por lo tanto complejo de definir. Yo soy el primero al que no le gustan muchos de los comentarios que se ven en Facebook o en Twitter a diario, o incluso en televisión, de hecho hace poco hablaba de ese asunto en relación con lo de los comentarios contra el torero fallecido. Pero una cosa es que no me guste y que incluso lo critique, y otra muy distinta es que apoye que se prohiba tajantemente y comencemos a ver condenas de cárcel por según qué comentarios. Creo que podemos entrar en una espiral nada deseable y cada vez se condenarán más cosas hasta llegar a cercenar la libertad de expresión.

Lo digo porque recientemente el Tribunal Supremo se ha pronunciado por vez primera sobre la difusión de mensajes enaltecedores del terrorismo en Twitter, condenando a un año de cárcel a María Lluch Sancho por humillación a las víctimas de ETA a través de su cuenta @melodalger [sandía].

El Supremo determina que las expresiones de esta usuaria de Twitter entraban dentro de eso que nadie sabe exactamente qué es: «Discurso del odio», no quedando por lo tanto protegidas por la libertad ideológica o libertad de expresión.

Yo discrepo a la vez que considero de muy mal gusto estos ataques verbales en las redes sociales; ambas cosas son compatibles. Creo que es más cuestión de educación que de justicia.

Aunque la decisión del Tribunal Supremo me pueda parecer desacertada, lo cierto es que reduce la que previamente había dictaminado la Audiencia Nacional que era de dos años.

Insisto: Poner los límites a esto es muy complejo, acabaremos cargándonos la libertad de expresión… Aunque quizá sea eso lo que estamos buscando entre todos para acabar viviendo anestesiados.

Ramón Cerdá


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