Revista Cultura y Ocio

Dispara, yo ya estoy muerto

Publicado el 30 diciembre 2015 por Imosver

Dispara, yo ya estoy muertoEl libro de Julia Navarro, se considera uno de los libros más demandados, y por tanto uno de los libros más vendidos. ¿La razón? Creemos que con su propio título ya evoca bastante, Dispara, yo ya estoy muerto. Una novela sin duda extraordinaria para los amantes de la lectura, por ser en su propia configuración una novela con diferentes novelas en su interior.

Con un título enigmático y con un final muy sorprendente es con lo que nos seduce Julia Navarro. Durante el tiempo que Julia estuvo trabajando en esta novela, hizo que los protagonistas de esta pasasen a formar parte de su propia vida, de su propia realidad, acompañándola de ahí en adelante.

El contexto de Dispara, yo ya estoy muerto se encuadra a finales del siglo XIX hasta mediados del XX. Seguiremos la pista de los protagonistas de esta novela desde San Petersburgo, hasta París, pasando antes por Jerusalén. ¿La razón de toda esta travesía? Una huída que nos cautivará y nos conmocionará desde su propio inicio.

Las emociones del lector se sucederán durante toda la novela, siendo cada vez más intensas conforme conecten con la realidad de los personajes. Los entresijos, los lazos que se establecen entre la vida de unos y otros harán que esta novela tengo sentido como la historia de historias.

Julia Navarro, conocida por novelas como La biblia de Barro o una de sus primeras novelas, La Hermandad de la Sábana Santa, no nos defraudará con una novela cuanto menos intrépida como es esta de Dispara, yo ya estoy muerto. Realidades que para algunos de nosotros pueden resultar desconocidas son las contadas en esta novela sorprendente de Julia Navarro.

Novela de gran complejidad por la temática tratada, pero novela instructiva donde la haa. A través de la vida de sus protagonistas, de la vida de hasta tres generaciones diferentes, podemos entender una realidad presente en nuestros días, la propia formación del Estado israelí, los por qués y la propia experiencia de los individuos. Porque por encima de todo, la historia la conforman las personas.


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