Juan Sasturain conduce Disparos en la biblioteca, ciclo dedicado a la literatura policial argentina, que la televisión pública empezó a emitir el sábado pasado a las 20.30. El autor de Manual de perdedores entre otras obras encarna a un investigador privado que resuelve casos gracias al recuerdo de relatos detectivescos publicados por nuestras mejores plumas. Mirta Wons lo secunda en la piel de secretaria fiel.
La muerte y la brújula fue la estrella literaria del primer episodio. Además de contribuir al esclarecimiento del robo de un antiguo reloj de bolsillo, el cuento de Jorge Luis Borges invitó a repasar la relación del escritor con el género. Tal como indica el manual del buen investigador, el detective Sasturain consultó con sus fuentes: Luis Chitarroni y Guillermo Martínez en esta ocasión.
Sonia Jalfin escribe y Mariano Mucci dirige esta serie de ocho episodios coproducidos por el CePIA y la FLACSO. La propuesta comparte con Arte Rep la atinada estrategia de convocar a un conocedor libre de acartonamiento académico y con carisma ante cámaras. En el caso de Disparos…, el esfuerzo de ficcionalización es mayor, así como la exigencia para Sasturain.
La idea del docudrama a cargo de un detective también nos retrotrae a El rascacielos latino. De hecho, en su película sobre los misterios en torno al Palacio Barolo, Sebastián Schindel encarna a un investigador privado.
En apenas media hora, Disparos en la biblioteca contagia la pasión que el género policial despierta en el conductor y sus entrevistados. La ausencia de solemnidad no es canchereada sino la habilitación para ejercer un sentido del humor que también les rinde tributo a las historias de perdedores.
Quienes recordamos Ver para leer celebramos el regreso de Sasturain a la pantalla chica, entre otras razones porque tanto aquel programa que Telefé emitió en 2007 como la nueva iniciativa difundida por Canal 7 desmienten la presunta incompatibilidad entre televisión y literatura.