Disputas familiares en Navidad

La temporada navideña es el momento del año en el que toda la familia se reúne. Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo. Las vacaciones de Navidad están plagadas de eventos y reuniones familiares que son una excelente oportunidad para descansar, divertirse y tener un mayor contacto con nuestros seres queridos. Sin embargo, en ocasiones estas reuniones navideñas pueden terminar en conflictos familiares y situaciones incómodas.

Muchos expertos aseguran que las celebraciones de Navidad pueden suponer un estrés para algunas personas, como consecuencia de la organización de las cenas y comidas (el lugar de reunión, los platos a preparar), los regalos a realizar o por el gasto económico que se realiza en estas fechas.

En la mayoría de los casos, estos conflictos familiares se deben a una mala planificación de los festejos, a una falta de comunicación o a unas expectativas demasiado altas. Muchas personas tienen una visión de las reuniones navideñas muy idealizadas y se frustran al ver que no transcurren como uno desearía ni de acuerdo a los mensajes que transmiten los medios de comunicación.

Tipos de problemas familiares

Problemas permanentes: estos conflictos están presentes durante el resto del año  y contrastan con el espíritu navideño de estas fiestas. Por lo general, en estas fechas cualquier problema o conflicto se vive con una mayor intensidad y dolor que en otra época del año.

Problemas de la temporada: las cenas y comidas de Navidad suelen generar disputas relacionados con tareas y decisiones propias de estas fechas. Por ejemplo, decidir el lugar de la reunión familiar, escoger el menú que se va a tomar, elegir los regalos, quiénes serán los invitados, cuánto dinero se va a gastar, etc.

Problemas profundos: en todas las familias existen problemas de gran calado que solo se hacen presentes y se manifiestan en estas fiestas, puesto que es el momento del año en el que se reúne la familia, y el resto del año  los integrantes viven de manera independiente y el trato personal deja de ser cotidiano.

Consejos para una buena convivencia familiar en Navidad

Para manejar estas fiestas y la convivencia con la familia es necesario tener unas expectativas realistas porque ninguna Navidad es tan perfecta como el cine y los anuncios nos muestran. También debemos recordar qué es lo importante de estos días y alejarnos del ambiente consumista y del derroche que se hace en las celebraciones navideñas. Buscar tiempo para uno mismo puede servir para relajar las tensiones con la familia ya que el exceso de relaciones sociales puede provocar una gran presión sobre la persona.

Si sabemos que dos miembros de la familia no tienen una relación excepcional será mejor sentarlos en sitios opuestos en la mesa. También debemos evitar hablar de temas conflictivos que sabemos que pueden terminar en una discusión, por ejemplo los temas políticos o religiosos, y en su lugar hablar de temas agradables como las vacaciones y los viajes.

En el caso de las parejas, hay que comprender la relación de la pareja con su familia y desechar las comparaciones. Además, tampoco necesario que estar presente con su familia en todo momento. Por último, todo el mundo debe colaborar en la planificación de estas reuniones navideñas y para evitar el estrés nadie debe sobrecargarse de responsabilidades.