Revista Cultura y Ocio

Don Bravata

Publicado el 20 septiembre 2017 por Icastico

He visto ladrar a Trump en la ONU y me acordé de mis hijos ‘buenos y malos’. Cuando hacían algo que me agradaba le decía a la madre ‘mira lo que ha hecho MI hijo’, si era al revés y tenían mal comportamiento me faltaba tiempo para soltar ‘mira lo que ha hecho TU hijo’. Una broma, imagino que muchas parejas han actuado de similar manera.

Trump tiene toda la pinta de haber sido un tipo caprichoso, consentido y malcriado desde la más tierna infancia, si alguna vez tuvo algo tierno. Un roba juguetes, que además los pisotea y rompe. Educado para ser un tirano, un dictador. Para tener siempre la razón aunque nunca la tenga. Llega un momento en que no hace falta tenerla. Bien es cierto que todo niño en esa etapa suele ser un proyecto de dictador o un dictador a escala hasta que la autoridad ‘casera’ va imponiendo sus leyes y lo moldea, si son son estas comme il faut.

Antes de llegar a la política tuvo Trump una decena de fracasos en sus negocios. Alguno de ellos violando hasta 50 veces el código de salud de su país. Conviene curtirse en todos los ámbitos para ser el más pillo, el más matón. Esto –el fracaso– es estupendo según los expertos. Muy bueno por lo que se aprende de él, mucho más que del éxito. Eso dicen en Gurulandia. Pero de un sujeto ególatra con empatía cero absoluto como este poco se puede esperar. O mucho, si manifiesta fijación con el botón nuclear. Es un bravatas. Una vez en la presidencia este perfil de individuo se carga a cualquier asesor que le afee el discurso, o lo quiera poner guapo con un toque de cordura. Toda la gente a su servicio forman un corta fuegos útil. Impiden que el pirómano oficial se queme. Debe ser el poder.

La ONU es el dron de Estados Unidos. Lo maneja de aquí para allá a su antojo con fines diferentes. Cuando las resoluciones de esa institución son contrarias a los intereses yanquis estos pasan olímpicamente, con desprecio y falta de respeto. No se sienten vinculados. Pero cuando otros países hacen lo mismo que ellos, o sea, bombas, armas de destrucción masiva, matan o, sencillamente, ningunean al amo se convierten en un peligro para la democracia, por muy inócuos que sean, o muy populistas. Entonces si interesa poner a la ONU a favor a dictar resoluciones parecidas a las que incumplen los capos del mal. La política también es caprichosa y consentida.

Estos fulanos de corte Trump, variante light de führer (light de momento), son tan previsibles como la locura. Cuando suben a un estrado es para hacer una ‘demo’ belicosa con todo el arsenal dialéctico, que raya en el escupitajo y la salpicadura. No se espera otra cosa de ellos. Como no le opangan los contrapesos juiciosos necesarios entraremos en el laissez faire. Hay caprichos que ya no se pueden tolerar en este siglo, por lo menos los que somos carne de cañón. No necesitamos ser una masa con un lider al frente al que se identifica y destruye. Necesitamos ser millones de lideres tomando nuestras decisiones.


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