Este es un discurso persuasivo sobre la donación de sangre, con él participé en una competencia en mi preparatoria. Llegué a las finales pero no gané. Sin embargo este trabajo es uno de los que más me han gustado y más disfruté en redactar e investigar; así que quise compartirlo. Una gota de vida
¿Alguna vez has visto una tienda donde vendan sangre? No lo creo. La sangre no la vas a encontrar en la tiendita de la esquina. No la puedes crear por arte de magia, la sangre no se fabrica. La única manera de obtenerla es por medio de una persona muy generosa.
Me provoca tristeza e inquietud el hecho de que haya personas muriendo cada tres segundos en todo el mundo por la falta de un poco de sangre. Por eso hoy he decidido servir de portavoz esperando que mis palabras lleguen a tocar sus corazones y se animen a regalar esas goas de vida, esas gotas de esperanza.
Es cierto que a algunas personas les da miedo donar sangre porque piensan que puede traer una consecuencia negativa para ellos. Hoy, yo les digo que no hay por qué temer, no existe riesgo alguno en hacer una donación. El material que el personal médico abre delante de sus ojos está esterilizado; además de que está estrictamente prohibido reutilizarlo.
Si la idea de perder medio litro de tu sangre te preocupa, piensa que hay alrededor de cuatro litros en todo el cuerpo, así que lo que hayas donado se repondrá en cuestión de horas. Sí, te sentirás un poco mareado inmediatamente después de la extracción pero recuerda que eso no es nada si lo comparas con el bien que acabarías de hacer. ¡Y hasta te sentirías mejor contigo mismo!
Ahora, si aún no los he convencido, deben saber que hay muchas razones por las que pueden convertirse en un donante: la sangre es utilizada en casi todo procedimiento médico, las personas en cirugía deben recibirla durante toda la operación; un trasplante de órganos sería imposible sin una transfusión. Una razón más y quizá la más importante es que tú adolescente, tú joven estudiante eres una fuente de sangre más pura que las personas mayores, porque participas en actividades que fortalecen tu cuerpo y hacen más rápido tu metabolismo, y también porque se supone que no eres drogadicto, no fumas, no bebes, no te has hecho un tatuaje y nunca has tenido relaciones sexuales riesgosas.
La verdad es que no tienes porque esperar hasta que alguien conocido o parte de tu familia necesite de tu sangre, para entonces ya va a ser demasiado tarde. En un día se pueden salvar miles de vidas, pero sólo si llegamos a ser un poco menos egoístas.
Si tú donas hoy, seguramente una víctima de un accidente, una persona con cáncer o un hemofílico te darán las gracias mañana, porque les estarías dando la oportunidad de seguir con sus vidas. Y quién sabe, tal vez estarías salvando al futuro presidente de la nación o al abogado que llevará tu divorcio.
No es posible que la vida y el futuro de esas personas no nos importe,. No es posible que por 500 mililitros de sangre esas personas tengan que abandonar este mundo.
Si eres capaz de gastar horas y hasta días preparando un regalo carísimo para tu novio o novia, ¿por qué no invertir diez minutos en un proceso que es gratis? Si es la única manera que tienes de ayudar a los demás ¿por qué no hacerlo? Extiende el brazo y salva a quienes necesitan ser salvados con un poco de tu sangre. ¡La vida de alguien depende de ello! Piénsalo. Un día de estos , podría tratarse de tu vida.