En España crecen más de 3.000 tipos diferentes de setas, de las cuales solo una tercera parte son comestibles. En otoño, los conocedores de este manjar se lanzan a recorrer campos y bosques en busca de los ejemplares más codiciados y los tipos de setas más consumidos.
La riqueza micológica de España es enorme. Además de la variedad hay que señalar que en cada especie tiene diferentes nombres según la región, lo que añade más confusión a la hora de clasificar e identificar cada seta y su valor culinario.
A grandes rasgos, estas son las grandes zonas de nuestra geografía donde podemos encontrar los tipos de setas más consumidos y en consecuencia existe mayor tradición gastronómica en torno a ellas:
- Cataluña y las Islas Baleares. Son numerosos los platos tradicionales en los que las setas tienen un papel protagonista. Entre los hongos más buscados y consumidos cabe citar el níscalo (en Cataluña rovelló y esclatasang en Mallorca) y el rossinyol. Las comarcas catalanas del Berguedà y La Selva son las más apreciadas para recoger setas.
- País Vasco y Navarra. La zona de Unzúe en navarra ofrece una experiencia única para los buscadores de setas y un espectáculo único para los amantes de la naturaleza.
- Galicia y Asturias en cuyos verdes y húmedos bosques crecen abundantes y deliciosos tipos de setas. Destacan la oronja (llamada raiña en gallego), las andoas o los cantarelos. Aunque durante mucho tiempo no fueron apreciadas en la gastronomía en los últimos años se han incorporado al recetario habitual de los mejores restaurantes.
- Castilla y León. Destaca la provincia de Zamora, en concreto la localidad de Rabanales, donde se ubica el mayor museo micológico de España. Son también famosos los bosques de San Leonardo y Navaleno en Soria por su riqueza y su belleza natural. En el resto de la meseta es abundante la seta de cardo.
- Madrid. La sierra cuenta con bosques donde crecen numerosos tipos de setas, como los de Lozoya, Fuenfría o Pinares Llanos.
- Andalucía. sobre todo dos áreas bien localizadas: la Sierra de Cazorla, un paraíso para los amantes de las setas en el que abundan los níscalos anaranjados, la seta de chopo y la seta de cardo; y las sierras de Cádiz, donde la estrella es el rebozuelo.