Muchas veces no nos atrevemos a probar ciertas técnicas en la cocina por miedo a equivocarnos, y ésta puede ser una de ellas, pero si os digo que no vais a probar un pescado más jugoso que éste, y que además sólo vamos a necesitar sal marina para hornear y un poco de agua, entonces ya no os vais a poder resistir.
Además si alguien cree que el pescado quedará salado, eso es porque no lo ha probado, queda en su punto perfecto...vais a ver que fácil.
INGREDIENTES:
- 1 dorada (en este caso de 400 grs.)- Sal marina para hornear (aproximadamente el doble de peso que el pescado - 800 grs.)
- 1 vaso de agua
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 200ºC.
Una vez tenemos el pescado limpio, sin escamas ni tripas, lo reservamos.
Vamos a preparar la sal. Para ello la colocamos en un bol amplio y añadimos la mitad del vaso de agua. Removemos. Debemos conseguir una textura de sal suelta, como si fuera nieve. Para ello podemos ir añadiendo poco a poco agua hasta conseguir esa textura.
A continuación vamos a poner una fina capa de sal sobre nuestra bandeja de horno.
Colocamos encima nuestra dorada.
Y vamos cubriendo con la sal desde la cola hasta la cabeza. La cabeza no es necesaria cubrirla del todo. Vamos a ir apretando la sal hasta que veamos que se ha cubierto por completo.
Ya con el horno precalentado introducimos en la zona media del horno. Horneamos durante 25 minuto a 200ºC.
Ahora vamos a retirar la sal. Para ello lo mejor es utilizar dos tenedores. Vamos buscando el cuerpo del pescado y retirando. Saldrá la sal en bloques.
A mi me gusta aprovechar y retirar la piel que saldrá sola y servir los filetes de dorada ya limpios.
Acompañamos con una ensalada y el resultado es brutal.
Pocas veces vais a probar un pescado más jugoso que el preparado con esta técnica.
¿Os animáis a probar?