Revista Opinión

Dos chacales terroristas

Publicado el 29 junio 2013 por Cronicasbarbaras

Uno de los primeras leyes de la República Francesa de 1789 fue su Declaración de los Derechos del Hombre, que siendo aún muy avanzada permite que al terrorista Carlos, El Chacal, le acaben de ratificar su cadena perpetua en Paris.

Mientras, otro chacal, el etarra Henri Parot, condenado a 4.800 años de cárcel por 82 asesinatos, podrá quedar en libertad en España antes de cumplir los sesenta años de edad.

La Constitución de 1978 nació para no repetir las injusticias del franquismo. Por eso se redactó tolerante y buenista.

Se eliminó, naturalmente, la pena de muerte. En Francia, donde aún se había ejecutado a un asesino en 1977, se derogó en 1981.

Pero España también eliminó la cadena perpetua para criminales sumamente odiosos: ese fue uno de sus errores, porque nunca morirá de viejo en prisión, como se merece, el abominable Henri Parot, que insospechadamente recorría España asesinando amparado en su nacionalidad francesa.

Carlos y Parot tienen vidas casi paralelas. Posiblemente su número de víctimas es similar, aunque Parot, diez años más joven, empezó más tarde que Ilich Ramírez Sánchez, Carlos, ese venezolano converso al islam que se dedicó entre los 1970 y 1994 a matar por Europa y el cercano oriente en nombre de una yihad revolucionaria, cargado del odio nazi hacia los judíos.

Parot, detenido en 1990, estaba a punto de salir en libertad cuando el Supremo creó en 2006 la doctrina que impide sumar los beneficios penitenciarios para reducir la pena de treinta años de cárcel, como se hacía hasta entonces.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos declaró ilegal en primera instancia esta doctrina, basándose en las buenistas leyes españolas, incluso una franquista, y quizás deban liberar más pronto que tarde a los numerosos Carlos, el Chacal, que tenía ETA.

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