Cada año, en todo el mundo, mueren más de dos millones de personas como consecuencia de la contaminación del aire, provocada por la acción del hombre, según revela un reciente estudio. La causa principal de estas muertes: el incremento de la presencia de partículas finas contaminantes en el aire, procedentes sobre todo de la actividad industrial y del transporte. Por otra parte, la investigación destaca que el cambio climático no exacerba tanto como se pensaba los efectos nocivos de la contaminación del aire en la salud.
Como se ha sugerido que el cambio climático puede exacerbar los efectos de la contaminación del aire y aumentar las tasas de mortalidad, la investigación ha demostrado que este factor tiene un efecto mínimo y sólo ocasiona una pequeña parte de las muertes actualmente vinculadas a la contaminación del aire. El estudio, publicado por la revista Environmental Research Letters del Instituto de Física (IOP) de Londres, estima que alrededor de 470.000 personas mueren cada año debido a los incrementos causados por la acción del hombre en la capa de ozono. También estima que alrededor de 2,1 millones de muertes son causadas cada año por los incrementos de las partículas finas (PM2.5) que son pequeñas partículas suspendidas en el aire que pueden penetrar profundamente en los pulmones, causando cáncer y otras enfermedades respiratorias; y que proceden de la actividad industrial y del transporte principalmente. El co-autor del estudio, Jason West, de la Universidad de Carolina del Norte, explica al respecto en un comunicado del IOP que: “Nuestras estimaciones sitúan la contaminación del aire entre los factores ambientales de riesgo para la salud más importantes. Se calcula que gran parte de estas muertes se producen en Asia oriental y Asia meridional, lugares en que la población es extensa y la contaminación del aire es severa “. El número de muertes atribuibles a cambios en el clima acaecidos a partir de la era industrial es relativamente pequeño, revela la investigación. Se estima que dicho cambio climático provocaría 1.500 muertes debido al ozono y 2.200 muertes relacionadas con las PM2.5 al año, del total de dos millones de muertes calculado.
Eso a pesar de que el cambio climático afecta a la contaminación del aire en muchos sentidos, generando incrementos o disminuciones locales de la contaminación atmosférica. Por ejemplo, la temperatura y la humedad pueden cambiar las velocidades de las reacciones que determinan la formación o la duración de un contaminante; y la lluvia puede condicionar el tiempo de acumulación de los contaminantes. Por otra parte, las altas temperaturas también pueden aumentar las emisiones de compuestos orgánicos de los árboles, unos compuestos que una vez en la atmósfera, también generan ozono y partículas nocivas para la salud. “Muy pocos estudios han intentado estimar los efectos de cambios climáticos pasados en la calidad del aire y de la salud. Nosotros hemos constatado que los efectos de cambios climáticos del pasado serían probablemente escasos en el efecto dañino general de la contaminación del aire “, señala West. Características de la investigación: Para su estudio, los investigadores utilizaron una serie de modelos climáticos que simularon las concentraciones de ozono y PM2.5 de los años 2000 y 1850. En total, se realizaron 14 modelos de simulación de los niveles de ozono y seis modelos de simulación de los niveles de PM2.5. También se emplearon estudios epidemiológicos previos para evaluar la relación entre las concentraciones de la contaminación del aire y las tasas de mortalidad global actuales. Los resultados arrojados por los análisis fueron comparables a los de estudios anteriores sobre la contaminación del aire y la mortalidad, salvo algunas variaciones relacionadas con los modelos climáticos empleados. West añade que: “También encontramos una incertidumbre significativa en función de los diferentes modelos atmosféricos aplicados. Esto nos advierte contra el uso de un único modelo en el futuro, como se ha hecho en algunas investigaciones previas “.