He seguido unos días más con la línea que llevaba últimamente de probar blancos. Línea que pararé un tiempo para dar oportunidad a unos fantásticos tintos que esperan su descorche, al menos hasta que me lleguen unas cositas que he pedido.
Estos días han caído un blanco monovarietal de una uva que nunca había probado, un coupage clásico de Rioja, y un dulce botritizado de Hungría.
- Heretat Vall-Ventós Chenin 2004 (DO Penedés, Blanco joven, 100% Chenin Blanc, Raventós Rosell). Amarillo dorado intenso y brillante, con reflejos dorados. Buena intensidad aromática, destacando los cítricos (piña), fruta blanca, albaricoque y fondo de frutos secos. En boca tiene una acidez fresca, es ligeramente untuoso, sabroso y frutal. Me sorprendió y me gustó mucho, para repetir sin duda.
- Erre Punto Blanco 2007 (DOCa Rioja, Blanco fermentado en barrica, Viura y Malvasía, Remírez de Ganuza). Amarillo pajizo claro, con algún reflejo dorado. Nariz de intensidad justa, melocotón, alguna nota tostada. En boca acidez agradable, suave, leve amargor final. Un vino bien hecho, pero que con los vinos tan aromáticos y frutales que he probado en los últimos días, se queda un poco atrás.
- Tokaji Château Ladiva 2004 (Tokaji Aszú 3 Puttonyos, Blanco dulce, Château Ladiva). Dorado oscuro, casi ambarino, con reflejos dorados. Aromas muy agradables a miel, piel de uva, algún punto cítrico, levaduras. En boca es dulce sin ser empalagoso, con una acidez muy buena que hace que apetezca más. Un Tokaji Aszú básico bastante rico, con una calidad aceptable y una RCP muy buena.