Reconozco que “Dune: Parte Dos” me ha gustado más que su primera entrega. Pese al dilatado metraje, me mantuvo entretenido e interesado hasta el final. Su recreación formal resulta excepcional, desde la fotografía de Greig Fraser hasta la banda sonora de Hans Zimmer, pasando por el diseño de producción de Patrice Vermette y la labor del resto de técnicos de sonido y efectos especiales, pues conforman un espectáculo visual muy atrayente y embaucador. De hecho, algunos personajes se encuentran tratados y definidos de modo superior al de la anterior cinta. Me sugestionó la puesta en escena y me enganchó la intensidad sonora. No cabe duda de que hay que apreciar en gran medida la ciencia ficción para sentirse atraído por este tipo de cintas porque, de lo contrario, casi tres horas de duración pueden llegar a desesperar. Solventado este aspecto, se trata de una producción bien cuidada y narrada con sentido.
Además, siempre me he manifestado un devoto seguidor de Denis Villeneuve. Me llamó la atención con “Prisioneros” y “Enemy”, pero me maravilló por completo con los sobresalientes largometrajes “Sicario” y “La llegada”. Tras asumir el arriesgado propósito de rodar una secuela de la obra maestra “Blade Runner”, se involucró en el proyecto de llevar a la gran pantalla una saga sobre “Dune”. Desde luego, no se puede decir que se asuste ante retos complicados. Posee una innata habilidad para la narración visual de las historias, junto a una marcada tendencia hacia aspectos artísticos que se encuadran en lo poético, y con una notable capacidad para trascender a través de mensajes más allá de las propias tramas. Por lo tanto, vale la pena prestarle atención en cada nuevo trabajo.
Arrakis es un planeta desértico, y también el único lugar donde puede recolectarse la especia, clave para el comercio y la estabilidad del Imperio. Dado por muerto por sus enemigos, Paul Atreides se une a un pueblo de feroces guerreros que vive en el desierto, con ojos de color azul brillante debido al constante contacto con dicha especia. Allí adoptará el nombre de Muad'Dib y comenzará su entrenamiento, queriendo demostrar la capacidad de convertirse en su líder. Atormentado por las visiones y los sueños proféticos que le persiguen, deberá hacer frente a la previsión de un terrible futuro, liderando una rebelión contra el emperador implicado en la muerte de su padre.
Pese a mi buena valoración general, considero de justicia resaltar varios puntos débiles. Objetivamente, el personaje de Christopher Walken, dando vida al mandatario que atemoriza y controla a los villanos de esta distopía envolvente, no refleja credibilidad ni en su recreación, ni en sus diálogos. Algunas batallas cuerpo a cuerpo cobran más sentido en títulos como “Gladiator”, localizadas en el siglo II, en vez de en un futuro lejano. El maquillaje empleado en la caracterización de Feyd-Rautha Harkonnen se asemeja demasiado al de “Prometheus”, de Ridley Scott. Pero, pese a todo ello, califico el resultado final como más que apto.
Integran el reparto un grupo de conocidos actores y actrices. Timothée Chalamet encarna al héroe. De entrada, no responde a la apariencia habitual de un guerrero y, aun así, realiza una labor efectiva y ajustada a las necesidades del relato. A sus veintiocho años cuenta ya con una solvente filmografía, en la que destacan “Call Me by Your Name”, “Lady Bird” o “Interstellar”. Sin duda, le aguarda una prometedora carrera. Le acompaña la joven Zendaya, a cargo de, en mi opinión, el mejor papel del film. Lleva a cabo una relevante interpretación y arrasa en sus planos. La hemos visto en los “Spiderman” de Tom Holland y ha acreditado su talento en “Malcolm & Marie” o la serie televisiva “Euphoria”.
Completan el elenco Rebecca Ferguson (“Misión Imposible”), Javier Bardem (Oscar por su actuación en “No es país para viejos”), Josh Brolin (“Sicario”, “Valor de ley”), Florence Pugh (“Lady Macbeth”), Léa Seydoux (“La vida de Adèle”, “Sin tiempo para morir”), Charlotte Rampling (“Nunca me abandones”, “La duquesa”), Stellan Skarsgård (“El indomable Will Hunting”) y Dave Bautista (“Guardianes de la galaxia”).