Edmundo Bal es un jurista y político que hasta las elecciones del 4M de Madrid no lo conocía ni el Tato.
Quizás lo conozcas actualmente por dar vergüenza ajena con sus discursitos equidistantes o anteriormente cuando era abogado del estado por tratar de enchironar a Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Radamel Falcao, Ángel Di María, Luka Modrić y José Mourinho. Incluso a Xabi Alonso, que resultó inocente.
También por la trama de los trajes de la Gürtel y en contra la familia Pujol o decidir qué cargo pedía para los acusados del procés en el escrito que debía enviar al Tribunal Supremo.
Lo echaron y Albert Rivera lo fichó para su partido para las elecciones generales de 2019. Se quedó sin escaño, pero tuvo suerte, ya que Rivera renunció al suyo y lo ocupó él.
En 2021 tras la defenestración de Ignacio Aguado, lo eligen fue puesto a dedazo por Inés Arrimadas en las primarias elecciones autonómicas de Madrid. Hubo unas primarias, pero fue una pantomima en la que solo le dejaron presentarse a él.
No quería ir ni de coña. Él quería quedarse en el congreso, que le quedaba cerca de casa. Tuvieron que ir a sacarlo del escaño los de su partido. Costó mucho porque se aferró a él con uñas y dientes.
Aceptó a regañadientes el desafío de mantener vivo a Ciudagramos Ciudadanos. Viendo que el panorama era desolador, empezó a prometer cosas que no pensaba cumplir como metro gratis los fines de semana, dentista gratuito, vacunar las 24h y un negro abanicando a todos los madrileños.
Pero claro, a este no lo conocen ni en su casa a la hora de comer y muy probablemente solo le voten sus padres, sus colegas y algún despistado. Solo va a ver la asamblea por Telemadrid o en la jornada de puertas abiertas.
Y ya estaria... Difundid la palabra