Revista Arte

Edward Burne-Jones: El último sueño de Arturo en Avalon

Por Beldz

Como a todos los pintores prerrafaelitas, a Edward Burne-Jones (1833-1898) también le fascinaba la leyenda del rey Arturo y los temas míticos. "El último sueño de Arturo en Avalon" es una buena muestra de ello. Tardó diecisiete años en terminarla. Encargada en 1881 por el noveno conde de Carlisle, George Howard, para decorar la biblioteca del castillo de Naworth, mostraba a Arturo en su lecho de muerte, en la imaginaria isla de Avalon, rodeado de Morgana y de otras mujeres o hadas que velaban por él. Burne-Jones estaba obsesionado con ella: se dice que incluso dormía en la misma postura que Arturo, y trabajó y retocó su pintura hasta el último día de su muerte. Con un estilo esteticista y de formas alargadas de gran belleza, influyó decisivamente en los simbolistas de finales de siglo. No hay duda de que se trata de su gran obra maestra.
Edward Burne-Jones: El último sueño de Arturo en AvalonEdward Burne-Jones
The Last Sleep of Arthur in Avalon (1881-1898)

[Ponce Museum of Art, Puerto Rico]


Entonces sir Bedevere tomó al rey sobre su espalda, y fue con él a aquella playa. Y cuando estuvieron en la playa, cerca de la orilla estaba detenida una pequeña barca con muchas hermosas damas dentro, y entre ellas había una reina, y todas llevaban caperuzas negras; y comenzaron a llorar y a plañir cuando vieron al rey Arturo.
-
Ahora ponme dentro de la barca -dijo el rey.
Así lo hizo él suavemente; y allí le recibieron tres reinas entre grandes gemidos; lo sentaron, y en uno de sus regazos posó el rey la cabeza. Y entonces dijo dicha reina:
-
¡Ah, querido hermano!, ¿por qué habéis tardado tanto tiempo en venir a mí? ¡Ay, harto se ha enfriado esta herida de vuestra cabeza!
Y se apartaron remando de tierra, y sir Bedevere contempló cómo se alejaban todas estas damas. Entonces gritó sir Bedevere:
-¡Ah, mi señor Arturo, qué será de mí, ahora que os vais y me dejáis aquí solo entre mis enemigos?-Ten ánimo -dijo el rey-, y pórtate lo mejor que puedas, pues en mí no queda confianza en qué fiar; pues voy al valle de Avalón a sanarme de mi grave herida; y si no oyes hablar nunca más de mí, reza por mi alma.
Sir Thomas Malory
La muerte de Arturo
(Siglo XV)


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