Su música es siempre joven, sin angustia, ni contaminación ...Hay varias maneras de probar las cualidades terapéuticas excepcionales de la música de Mozart. Las mas evidentes son : el análisis estético y psicológico de sus composiciones; los efectos neurofisiológicos en el cuerpo humano y por ultimo ; el análisis en laboratorio del espectro sonoro de su música. Desde el punto de vista estético o psicológico Alfred Tomatis distingue una serie de cualidades que están presentes simultanea y permanentemente en todas las composiciones de Mozart.Mozart tuvo una vida prenatal excepcional. Su madre, que vivió un embarazo feliz, impregnado de música y del amor de su marido - talentoso compositor -, le pudo transmitir al feto el deseo de nacer, de vivir y de comunicar con la misma fuerza que lo deseaba. Wolfang gozó de un entorno familiar y musical formidable, que le permitió codificar su sistema nervioso sobre ritmos fisiológicos verdaderos, universales, cósmicos, dice Tomatis. Esto le permitió ajustar su instrumento corporal a las modulaciones sentidas durante este periodo y su ritmo seguirá siendo el mismo aun cuando comience a hablar, a crear, a componer desde los cinco años hasta su muerte. Todo ser humano normal o no, tiene la necesidad de encontrar una armonía en todos los niveles: corporal y psíquico. Esta armonía corporal y psíquica supone una coordinación homogénea, equilibrada y estética en verdadero sentido de la palabra. Y es en este plano donde encontramos el pleno sentido del efecto terapéutico de la música de Mozart.Estos dos integradores neuronales (vestibular y coclear) son solicitados permanentemente y por la música de Mozart. Porque en una orquestación magistral, como lo son todas sus composiciones, ellos intervienen para optimizar la poderosa creatividad del hombre y darle toda la energía que necesita para estar plenamente consciente.
En su música, el aspecto bien desligado de la frase musical ofrece un pasaje fluido, que no traduce ningún signo de monotonía. Y esto se constató en cualquiera obra examinada. La gran movilidad de los tejidos armónicos (gerbes sonore) contribuyen a asegurar la característica particularmente vivaz y a menudo "juguetona" (enjoué) de las composiciones mozartianas. La constante base rítmica subyacente inscrita en un tiempo permanente, verdadero substrato de una batido cada 0.5 segundo, determinan de esta manera una modulación de 120 pulsaciones por minuto. Esta modulación puede ser identificada de manera sistemática y se la puede encontrar en cualquiera muestra mozartiana que se escoja.
El único músico citado en este estudio que habría tenido la noción de lo que era la armonía fundada sobre bases fisiológicas fue Haydn. Haydn llegó a aproximarse de la realidad mozartiana. Su reencuentro con el joven compositor fue para él una revelación de la veracidad de su búsqueda. Una sola diferencia se aprecia que tiene relación con una modulación de base centrada en 0.4 segundos.