Uno de los errores más comunes en verano es pensar que el agua nos protege del sol. Incluso es habitual escuchar frases como "Vamos al agua que ahí el sol no pica". Y hemos de advertir que es justamente al contrario: en el agua es donde el sol pica más. El hecho de que el mar o la piscina te refresque y no sientas como el sol pega directamente en tu cuerpo no significa que los rayos estén haciendo su efecto.
El agua crea un "efecto lupa" con lo que se potencia la fuerza de los rayos de sol que pegan en tu cuerpo. Por lo que las quemaduras serán mayores en si permaneces durante mucho tiempo dentro del agua. Esto lo podemos extrapolar al invierno, donde es la nieve -agua- la que hace de lupa y multiplica los efectos de las radiaciones solares.
Cuando nos referimos al agua estamos hablando del mar o de la piscina y también hay que tener en cuenta esta información cuando te encuentras a bordo de un barco, tomando el sol en una colchoneta en medio del mar o cerca de una piscina. Hay que extremar la precaución cerca del agua, por culpa de lo que hemos llamado "efecto lupa".
Por eso la mejor recomendación que podemos hacer es que toméis conciencia y utilicéis cremas de protecciónsolar resistentes al agua para evitar que las radiaciones causen quemaduras o daño en la piel.