Revista Cultura y Ocio

El amor me vistió roji-negro.

Por Tayi Tayi Fonseca @TayiFonseca

Durante casi un mes me rehuse a escribir, creo que en mi luto la pluma dejó de pensar y me he dejado llevar en un estado extraño de extrañar.

Me siento sola. Sola contigo, porque sé que siempre has estado ahí.

Y escribo en tu.

Mis cartas y las tuyas son tristes lo se, me lo has dicho. Busco entre miles de razones para redactar un capítulo nuevo y feliz; daría un pensar de mi vida por vivir un capítulo como esos los de cuentos, como los que se al menos has suspirado y como los que siempre he querido tener contigo.

Me extraña este luto, siento el haber perdido un libro. Cuando las personas perdemos un libro por mas que sea nuestro libro favorito, sabemos que podremos conseguir una versión como esa, copia o no, pero al menos similar; cuando el libro se pierde recuerdas los muy buenos momentos a su lado y extrañas todo de sí, pero no queda un vacío ni tampoco sientes morir. Sabes que podrás seguir viviendo, sin el libro, aunque te gustaría todo los días despertar junto a él y disfrutar de sus páginas al café. Aunque lo perdiste.

Eres mi libro. Mi único libro perdido.

El que por mucho tiempo he querido comprender. Quiero escuchar lo poco que me tienes que decir, no un te amo porque se que no se siente; no tal vez como yo lo hago, a lo mejor y ese "te amo" ni existe. Me gustaría poder leer una página en la que relates el por qué me quieres en tu vida, y que significo para ti, más allá del sexo y más allá de la simple compañía de escucharte solamente. Esa página, la página en la que muchas veces quise entenderte. El porque de tu mundo, y por que en el mío.

Tu entrada en mis entradas puede que nunca tuviesen un lugar, pero carajo, ¡que me enamore como nunca jamás ame a alguien en mi vida!

Puede que no sea en este mundo, ni en el tuyo, que yo ya no pertenezca mas a esas cosas por lograr en tu lista aunque nunca pareció así, al menos no hubo intento. Ojalá y sea en otra vida, en otro sentir, cuando queramos cosas juntos, y las diferencias sean tantas que no nos parezcamos; pero que se conserven esos ojos sonrientes y la risa de niño que me hace suspirar.

Eres mi libro, un libro que tengo que terminar pero perdí hace unos meses y no tengo la menor idea de cómo recuperar.

El libro que me arrepiento haber abierto de nuevo, a lo mejor y así no te hubiese perdido. El libro que más he amado y amaré siempre, el que extraño leer aunque todavía no sepa comprender, el único que me ha leído por completo; el que puede que nunca nadie pueda reemplazar.

El libro que extraño, y que extrañe siempre.


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