La NASA ha registrado una disminución sin precedentes de la capa de ozonoprotectora de la Tierra sobre el Ártico durante el invierno y la primavera pasados, causada por un período inusualmente prolongado de temperaturas extremadamente bajas en la estratosfera.
El estudio, publicado en la edición on-line de la revistaNature, revela que la cantidad de ozono destruido en el Ártico en 2011 es comparable a la observada en algunos años en la Antártida, donde un agujero en la capa de ozono se ha estado formando cada primavera desde mediados de 1980. La capa de ozono de la estratosfera, que se extiende desde 15 hasta 35 kilómetros por encima de la superficie terrestre, protege la vida en el planeta de los dañinos rayos solares ultravioleta.
El agujero de ozono antártico se forma cuando las condiciones de frío extremo, muy común en la estratosfera durante el invierno de la Antártida, desencadenan reacciones que convierten el cloro atmosférico en formas que destruyen el ozono. Los mismos procesos de pérdida de la capa de ozono ocurren cada invierno en el Ártico. Sin embargo, las condiciones estratosféricas generalmente más calientes limitaban hasta ahora la zona afectada y el plazo durante el cual las reacciones químicas se poducían, lo que resultaba en una pérdida de capa de ozono mucho menor que en la Antártida.
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Agujero de ozono ártico
Para investigar por qué la pérdida de ozono en el Ártico en 2011 ha sido mayor, científicos de 19 instituciones de nueve países (Estados Unidos, Alemania, Países Bajos, Canadá, Rusia, Finlandia, Dinamarca, Japón y España) han analizado observaciones globales diarias de gases y nubes realizadas desde los satélites de la NASA Aura y CALIPSO, así como las obtenidas por globos, datos meteorológicos y modelos atmosféricos. De este modo han comprobado que en determinadas altitudes el período frío en el Ártico duró más de 30 días más en 2011 que en cualquier otro invierno ártico anterior examinado. Se necesitan más estudios para determinar los factores que hicieron que el período de frío durase tanto tiempo.
De acuerdo con Gloria Manney, investigadora del Laboratorio Jet Propulsion de la NASA y autora principal de esta investigación, sin el Protocolo de Montreal de 1989 -un tratado internacional que limita la producción de sustancias que agotan la capa de ozono-, los niveles de cloro ya serían tan altos que un agujero de ozono se formaría cada primavera en el Ártico. La larga vida de las sustancias químicas que agotan la capa de ozono y que ya se acumulan en la atmósfera significa que los agujeros de ozono de la Antártida, y la posibilidad de una futura pérdida severa de la capa de ozono del Ártico, continuarán durante décadas.