Revista Deportes

El buda argentino está entre nosotros

Publicado el 14 septiembre 2012 por D10
Mientras intento no caer en coma después de haber ingerido ibuprofeno en ayunas para calmar la tercera guerra mundial que se está dando en mis encías, he estado enterándome de algunas cosas que sucederán en poco tiempo alrededor del fútbol argentino.
Desgraciadamente no se trata de una nueva ley que penaliza con tarjeta amarilla al defensor que rechaza el balón a la calle, tampoco se trata de una multa de mil dólares a los volantes que se tiran al suelo, ni mucho menos de abolir el puesto de entrenador. En realidad, sólo se habla de lo que va a romper Riquelme esta tarde. (Ay, me duele).
Lejos de los años que lo vieron romper redes con exquisitos tiros libres, o defensas cerradas con deliciosos pases entre líneas, lo que rompe ahora Román es lo único que nadie debería romper: El silencio. (La estoy haciendo larga porque me entretiene y me olvido de los dolores).
Aparentemente, tras haber resuelto la situación contractual con el club de sus amores (No digo "Boca" porque me acuerdo de mis encías), la dirigencia del club le ha solicitado que ofreciera una conferencia de prensa a los efectos de esclarecer que la salida del 10 se debió exclusivamente a razones personales y que nada han tenido que ver los dirigentes. O sea, nadie quiere quedar pegado en el chicloso estigma que provoca la despedida de Riquelme. De modo que hoy, según se anuncia, a las 18:30 horas (media hora después del antibiótico), el hombre que ha sabido arrastrar los mofletes en el campo de juego y desplegar una inteligencia pocas veces vista, hablará para el pueblo, seguramente en cadena nacional, en conferencia de prensa. Con lo que le gustan. (¡Dios no existe!)
¿Qué dirá?. No se sabe. Seguramente hará uso de subterfugios oratorios para eludir temáticas inconvenientes, y recurrirá a las frases "ya he sido claro, ¿no?" o "a ver si soy capaz de darme a entender", preferidas por uno de los pocos futbolistas que nunca asistieron a un estudio de televisión. (Ay, qué habré hecho yo para merecer tanto dolor).
Algunos aseguran que el 10 no profundizará en las razones que lo alejaron del club argentino más popular, y otros creen que usará artillería fina para empezar a demoler a Falcioni. Sería bueno que preguntara porqué cuando él se refería a la mala actuación del equipo, muchos lo señalaban como el conflictivo que pone en evidencia a sus compañeros, y ahora no dicen nada al entrenador, jugadores, y suplentes de la quinta, que recorren los programas de TV, repitiendo hasta el hartazgo que el equipo está jugando realmente mal. Pero no se sabe qué dirá, y ojalá no tuviéramos que averiguarlo. (No doy más, ¡la vida es tan injusta!)
Lo cierto es que entre tanto new age e hinduísmo, entre tanto Raví Shankar y Eduardo Caími, entre tanta paz, meditación, y respiración, no estará de más escuchar a Juan Román Riquelme, el buda argentino, que una noche depresiva y brasilera, alcanzó el nirvana y se fue.

(Me voy a dar un martillazo en la cabeza). 

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