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El castigo negativo o coste de respuesta

Por Somospsico

El castigo negativo o coste de respuesta

Tal y como mencionábamos hace unas semanas, quisiéramos ir introduciendo poco a poco algunos conceptos interesantes y prácticos acerca de la forma en que aprendemos los seres humanos. En este caso, explicaremos en qué consiste el llamado castigo negativo o coste de respuesta.

Ya comentamos en nuestro anterior artículo sobre la psicología del aprendizaje que una de las formas más eficaces para disminuir o eliminar la ocurrencia de una conducta indeseable era mediante el denominado castigo positivo. Así, si alguien se comporta de una forma que no es adecuada o que queremos extinguir, utilizaremos directamente un estímulo aversivo tras la emisión de dicha conducta.

Por ejemplo, si nuestro hijo/a se ha portado mal, se ha peleado con alguien o no cumple ninguna norma en casa, podemos optar por gritarle, echarle una bronca, mandarle un trabajo extra o incluso agredirle. Sin embargo, esta técnica siempre ha de utilizarse como última opción, puesto que puede acarrear consecuencias negativas para el individuo que lo sufre, tales como el hecho de causarle sentimientos agresivos hacia la persona que castiga o incluso no funcionar si no es esta persona la que está presente.

Por ello, es aconsejable emplear la otra variante de esta técnica: el castigo negativo o coste de respuesta, el cual ya ejemplificamos cuando hablamos sobre la economía de fichas. Según este, cuando hay algún comportamiento que no resulta aconsejable o que no queremos que se repita, lo que debemos hacer es “quitarle” a la persona algún objeto o estímulo que le resulte positivo. Por seguir con el ejemplo anterior, si nuestros hijos comienzan a pelearse entre sí, podemos optar por no dejarles ver la televisión esa noche, no ir con ellos al parque esa semana o dejarles sin móvil durante un tiempo.

Como vemos, esta técnica es mucho menos invasiva que la anterior, aunque también manifiesta unos buenos resultados en la disminución de la conducta que no deseamos. La clave está en la denominada contigencia entre la conducta y la respuesta, es decir, que la persona sepa claramente qué comportamiento ha tenido tal o cual consecuencia negativa para él.

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foto|dan


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