El Chiscón de Castelló cumple 35 años y lo celebra con precios de 1979

El restaurante El Chiscón de Castelló lleva 35 años siendo una referencia gastronómica en Madrid y eso hay que celebrarlo con los clientes, los nuevos y los de siempre. Durante el próximo mes de noviembre, las noches de los miércoles se ofrecerá una carta a precios de 1979.

En estos tiempos, hablar de un negocio, de una empresa que cumple 35 años es parecido a hablar de una heroicidad, pero ya, si ese negocio es un restaurante y a lo largo de todos esos años ha permanecido fiel a su esencia, a la idea inicial y con la misma persona al frente… entonces ya, hablamos casi de lo imposible.
Sin embargo, es real, El Chiscón de Castelló ha cumplido nada más y nada menos que 35 años que son los que han pasado desde aquel ilusionante mes de septiembre de 1979.

Para conmemorar tal gesta, unos cuantos medios fuimos convocados a una comida en la que, en un ambiente muy agradable, se hizo una presentación del modo en que se piensa celebrar esta efemérides. Creedme, merece la pena.

Todas las noches de los miércoles del mes de noviembre, el restaurante ofrecerá un menú con platos de la carta original, ¡a precios de 1979!. Sí, no hay trampa, ¡podrás cenar a precios de hace 35 años!. 

En la columna de la izquierda, el precio en pesetas, a la derecha la conversión en euros. Precios válidos las noches de los miércoles de noviembre

¿Un dispendio?, ¿una locura?, puede, pero es que los que conocemos a María y su inquieta personalidad sabemos que no es la primera vez que lo hace, que le gusta organizar actividades con las que sorprender a sus clientes y que acudir al Chiscón de Castelló sea siempre una grata experiencia.
Siempre he pensado que el mayor problema de este restaurante es, a la vez y paradójicamente, su principal virtud y no es otro que el hecho de su ubicación. Entendedme, está en un lugar magnífico: céntrico y bien comunicado, en pleno barrio de Salamanca y a sólo unos metros del parque del Retiro, pero el Chiscón siempre quiso estar en Montmartre y tener aire de bistró bohemio, a la vez refugio de artistas y restaurante del barrio con una gran y personal cocina. Un espíritu con el que casa a la perfección el que es su chef desde hace algo más de un año, ni más ni menos que el gran Miguel López Castanier, que será el encargado de reinterpretar los platos originales 35 años después.

Y para muestra un botón con su pisto con conejo, al más puro estilo tradicional, tan tradicional que ni siquiera lleva tomate, al fin y al cabo el tomate es una modernidad de hace tres siglos.

A destacar la caldereta de lubina, con ese fondo que Miguel trabaja tan bien, pues de tradición familiar y orígenes franceses y mediterráneos le viene.

Además disfrutamos de aperitivos, una ensalada de salmón marinado (algo muy innovador en 1979), postre, café...
Y en cuanto a la decoración del local, comentaros que si decides acudir al Chiscón durante el mes de noviembre, podrás ver algunas curiosidades, como la primera nómina del jefe de cocina.

La primera crítica del local, que se publicó en la Guía del Ocio y junto a la que posa ni más ni menos que su autora, Ana Lorente.

O una carta de vinos de 1989 que me inspira alguna interesante reflexión, pues vemos el absoluto dominio que ejercían los riojas y la práctica inexistencia de referencias de otros lugares, “el dominio de la tempranillo”, creo que lo llamó el propio Miguel. En fin, en otro momento hablaremos de lo mucho que ha crecido la cocina en España, tanto como lo poco que ha variado la representación de vinos en algunas cartas. Esta carta, con sus 25 años a la espalda, podría ser la misma que tienen hoy en muchos restaurantes de Madrid, con la salvedad de que habrán incluido Riberas y habrá menos vinos rosados.

Afortunadamente, el día de la comida, nos ofrecieron un cava muy tradicional y un tinto balear elaborado con Monastrell. A la hora de los postres y muy en la línea de 1979, se nos obsequió con un moscatel navarro.
Bueno, no quiero desviarme del objeto de este artículo, que no es otro que celebrar el cumpleaños de El Chiscón de Castelló y hacernos eco de cómo piensan festejarlo.
En cualquier caso, siempre es un buen momento para dejarse caer por un restaurante que ha sabido mantener su personalidad tanto tiempo, cuidando al cliente desde la cocina hasta la sala, pues, como bien recordó Jónatan Armengol, “Un fallo en la cocina se puede arreglar en la sala, un fallo en la sala no hay quien lo arregle”.
Terminamos con una foto de familia y un hasta luego a César, que durante 29 años ha ejercido el mando en la sala con elegancia y profesionalidad. Te deseamos un buen y merecido descanso y que te dejes ver de vez en cuando para seguir impartiendo cátedra.

 PD: ¿Cuanto hubiera costado nuestra comida?. Os dejo, como siempre, el ticket, a la izquierda pesetas, a la derecha euros, sin IVA, que en el 79 todavía no había..