De Martin Hache valen los diálogos.
La cinta que algunos han tildado de sobrevalorada (quizás con razón) dice muchas cosas inteligentes, pero en líneas generales, nos coloca en un drama que no deja de ser un lugar común. Adolfo Aristarain lo hace bien en este film protagonizado por Federico Luppi, Juan Diego Botto, Eusebio Poncela y Cecilia Roth, sin embargo creo que comete algunos errores, como el facilismo con el que resuelve el perfil psicológico de algunos de sus personajes.
Estos no dejan de ser simplemente una representación estereotípica de un estilo de vida.
Nunca le perdoné, por ejemplo, a su director, el desenvolvimiento tanguero del personaje de Cecilia Roth, o la exagerada personalidad incomprendida de Martin (F. Luppi).
A veces cuando se quiere ser “diferente” terminas pareciéndote a aquello de lo que te quieres desvincular. El guión de Aristarain quiere decir “verdades”, que terminan recayendo en el melodrama.
Es decir, ¿no se puede ser artista sin estar loco, no se puede ser director de cine sin ser huraño, no se puede estar enamorado sin terminar muerto? Parece que no, pues para el director argentino, ser inteligente es igual a meterse mucha coca, emborracharse y cuando la cosa se ponen feas, lanzarte a la piscina con un montón de pastillas encima.
He visto Martin (Hache) tantas veces, que creo que tengo el derecho de criticarla a mi aire, me sé los diálogos de memoria, sin duda lo mejor que tiene el film, porque el guión que pretende ser “profundo” , llega a convertirse en una parodia donde se es denso obligatoriamente.
Me parecen irreales e incluso chocantes, los personajes de Cecilia Roth (la amante drogadicta, llorona, obsesiva) y el de F. Luppi, el director que solo quiere vivir solo, comer solo e incluso quizás… coger solo (es una broma…)
Me parecen irreales porque sus patrones de conductas se sienten afectados, bajo un dramatismo excesivo y que no tiene sustento dentro del mismo film.
Insisto que lo único que rescato –y por eso la he visto un millón de veces- son sus diálogos, sus “frases celebres”, lo cual evidencia la pobre puesta en escena de la película, a pesar de las magnificas actuaciones de F. Luppi y Eusebio Poncela (lo mejor de la cinta).
¿La anécdota? Hache ha intentado suicidarse o eso creen en su Argentina natal, por eso su madre (una ama de casa común y corriente) le pide a su padre: un director de cine, que se lo lleve a pasar con el una temporada…
¿Las citas?
He aquí algunas de ellas:
“Eso de extrañar, la nostalgia y todo eso es un verso. No se extraña un país, se extraña el barrio en todo caso, pero también lo extrañás si te mudás a diez cuadras. El que se siente patriota, el que cree que pertenece a un país, es un tarado mental. ¡La patria es un invento! ¿Qué tengo que ver yo con un tucumano o con un salteño? Son tan ajenos a mí como un catalán o un portugués. Una estadística, un número sin cara. Uno se siente parte de muy poca gente; tu país son tus amigos, y eso sí se extraña, pero se pasa” ....“De qué sexo sean en realidad me da igual, es lo que menos me importa. Me puede gustar un hombre tanto como una mujer. El placer no está en follar. Es igual que con las drogas. A mí no me atrae un buen culo, un par de tetas o una polla así de gorda; bueno…, no es que no me atraigan, claro que me atraen, ¡me encantan! Pero no me seducen, me seducen las mentes, me seduce la inteligencia, me seduce una cara y un cuerpo cuando veo que hay una mente que los mueve que vale la pena conocer. Conocer, poseer, dominar, admirar. La mente, Hache, yo hago el amor con las mentes. Hay que follarse a las mentes” …………..“Siempre hay que seguir, aunque sólo sea por curiosidad”
Calificación: 9/10