Revista Política

El cónsul de Sodoma y unos sinvergüenzas de Barcelona

Publicado el 22 enero 2010 por Joaquim

Les transcribo el comentario que he dejado hace un rato en el blog del programa L'hora del lector, el excelente espacio sobre libros que emite la televisión autonómica catalana, a propósito de la polémica desatada por la película o lo que sea que un puñado de indocumentados ha perpetrado usando como pretexto al poeta Jaime Gil de Biedma, aquél por cierto que medio siglo atrás se refería a la lideresa Esperanza Aguirre como "su primita tonta madrileña". Traduzco del catalán:


No he visto ni pienso ver la película sobre Gil de Biedma, más que nada porque hace muchos lustros que no pongo los pies en un cine por la misma razón por la que nunca voy a pasear por un basurero, y no quiero romper ahora una costumbre arraigada por tan poca cosa.
De todas maneras me permitiré opinar sobre esta mierdecilla filmada, oportunista ya desde su mismo título ("El cónsul de Sodoma"). Creo que hay que tener muy poca vergüenza para manipular la vida de un hombre como Jaime Gil de Biedma o cualquier otra, y hacerlo con el ojo puesto en el cajón donde van a parar las pelas de la recaudación en taquilla. Da risa que luego hablen de arte y cultura y no sé qué. Money, money. Por lo que vengo leyendo sobre el asunto, especialmente las críticas de Marsé y Llovet, los tipos que han perpetrado esta miseria saben de Gil de Biedma y de su contexto histórico lo que yo de física nuclear: cero patatero.
Y en fin, qué quieren que les diga, si Juan Marsé dice que eso es un bodrio infumable, es que es un bodrio infumable. A mi al menos, con Juan Marsé me pasa lo que a Belén Esteban con su hija Andreíta: ¡YO POR MARSÉ MAAAATOOOO!.
En la fotografía que ilustra el post, Jaime Gil de Biedma en sus últimos años.

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