No es la primera vez que pasa esto...
Sus uñas artificiales son lo único de ella que no deseo tocar,
Solo porque nos son de ella...
En mis noches,
Un delirio loco me embarga los sueños.
Yo la veo allí, quieta,
Como siempre ha estado.
Falsa como siempre ha sido.
Y sé que el corazón no es un banco,
Y siendo falsa le acepto,
Pues las bóvedas están vacías.
Soy un corazón sin fondo, sin fondos...
Las primeras veces uno siente una leve punzada,
Como la picadura de un mosquito.
Luego bajas la guardia y el veneno entra.
Cuando lo detectas, cuando reconoces los síntomas... Ya está adentro, no queda nada, estamos desahuciados...
Y miento y te miento.
Porque tú eres una mentira que me digo a mí mismo.
Pero para los demás eres real.
No vales, eres de colección.
Tras de ti han de haber incontables hombres de bóvedas vacías.
Tras de ti han de andar, para ponerte en el pedestal de su alma,
Para colgarte en la pared de su alma, que es blanca y lisa.
Adornaras su existencia sin mácula.
Su existencia minúscula.
¡Vivirás con ellos!
Con los cazadores de recuerdos.
Y buscarán en ti la recompensa que no obtuvieron por lo que son,
Y serás el trofeo de un mediocre.
Tú lo mejor.
Tú lo más valioso.
Mitigarás el dolor de sus corazones transparentes.
La hipoteca de sus vidas...
Ellos lo saben y te buscan.
Tú lo sabes y te complaces.
Te gusta ser la punta del iceberg.
La próxima quincena...
Pero el corazón no es un banco,
No se reserva nada,
Por eso somos todos pobres,
Por eso nuestras bóvedas están siempre vacías.