En nombre dado a este vino nos lleva siempre a recordar a muchos maquilladores de la realidad, que usando el falso verbo, lograban escapar de grandes problemas ; desde el mismo Odiseo , politropos , pasando por ejemplo por nuestro Lazarillo , pero a mi me vino a la mente un personaje tan singular como sus propias historias, como es Karl Friedrich Hieronymus , mas conocido como el germen del personaje El Barón de Munchhausen creado por R.E.Raspe ; en nuestra mente siempre ese soldado que viajaba ( y volvía) subido en una bala de cañón , como si del Air Force One se tratase . En una de sus aventuras, apuesta con un sultán turco que dispone, en sus bodegas vienesas , de un tokaji mejor que el del propio sultán , jugándose la cabeza en ello a cambio de las riquezas del turco ; tras algún problema con el encargado del transporte , obligado a volver en el corto de espacio de tiempo de una hora , Munchhausen debe recurrir a todo su ingenio para ganar el tiempo necesario, y ganar la apuesta con un vino extraordinario que hace reconocer al sultán su derrota ,quedándose con todas las riquezas del apostante , aunque deban salir por piernas del palacio .
Los cuentistas maquillan la realidad, transformándola como un mago engaña a los sentidos, pero a veces, la realidad es muy trivial, y viene bien dejarse llevar por la prosa de un cuentista que alivie los dolores del alma . Hoy no os traigo el tokaji del barón , pero si un vino blanco bastante singular, y creo que el primero de su especie en la Ribera del Duero.
Munchausen de Gustave Doré 1866