el cuento no terminaba aquí, NeoCenicienta

NeoCenicienta... Pues no, el cuento no terminaba aquí y como habéis podido ver este “tinglado” vuelve a las andadas, renovado pero con la esencia de siempre y con las mismas ideas y pensamientos que hace unos meses de retomarlo de forma libre, a mi rollo y haciendo lo que me apetezca en cada momento sin ataduras (siguen sin gustarme las cosas que antes no me gustaban y gustándome las que sí me gustaban).

Y es que, lo que cambia todo en cuestión de meses, lo que me ha enseñado la maternidad en este corto camino y la de vueltas que he tenido que dar hasta llegar a reencontrarme. Finalmente ni dejé psicología, que la he retomado desde la vertiente de la PNL (Programación neurolingüística) y del coaching, ni me centré en la nutrición, lo que sí terminé fue un master en Nutrición clínica y deportiva vegetariana hace unos meses que enriquecerá mi nueva faceta, además traspasé la tienda de bebés, aparqué la moda por no querer viajar sin mi hijo y me deshice de ataduras para centrarme en mi, en mi hijo y en mi.

Hasta ahora siempre he sido (y seguiré siendo) un culo inquieto, por motivos laborales tuve que dejar de estudiar la carrera de psicología, carrera a la que llegué tras presentarme y aprobar por libre el acceso a la universidad para mayores de 25. En esa época surgió además este blog. Como una no puede parar de rellenar su mente he ido haciendo cursos de todo aquello que me llenaba e iba pudiendo costear (gracias a los beneficios entre otros que me iba dando GastroCencienta).

Todo un batiburrillo de cosas que hasta hace poco veía como un “sin ton ni son” hasta que un cambio de visión hizo que lo tuviera claro... el sentido estaba ahí, y una vez mas tenía que darle las gracias a mi estrenada maternidad por ponérmelo delante, solo había que rascar un poco.

 

 

Durante estos últimos años me he formado en Quiromasaje, sí, soy quiromasajista aunque nunca he llegado a ejercer. Esta faceta de aquí a un tiempo me gustaría enfocarla en quiromasaje infantil.

Otra de las cosas en las que invertí mi tiempo fue el reiki, llegando a completar el nivel II. Me apasiona aunque reconozco que lo he dejado un poco aparcado, si bien, reconozco que cuando fui practicante me sentía realmente bien.

Relacionado con la maternidad, soy Asesora certificada de Lactancia, empecé mi formación durante el embarazo y es algo en lo que estoy muy involucrada y reciclándome constantemente gracias al grupo de alumnas de mi promoción y a los grupos de crianza de la zona.

Si algo me mueve ahora mismo es la experiencia como mujer y como madre, lo que me llena y me desvela cada noche. La pasión y el amor a borbotones, las lágrimas, los llantos, las risas y las carcajadas, todo multiplicado por mil. Para algunas mujeres esto pasa desapercibido a otras, sin embargo, nos explosiona.

Cuando la maternidad te remueve, te sacude y te lleva a descubrir tu lado más salvaje, solo entonces te das cuenta de la fascinante aventura en la que estás embarcada. 

Solo entonces puedes tomar las riendas, empoderarte como mujer y fluir. 

Todo esto irá cobrando más sentido aún si cabe con el tiempo, con la sabiduría que nos otorga la experiencia, con las heridas sanadas, todo tiene sentido: es mi misión, la de acompañar a otras mujeres en su maternidad, que ninguna mujer se sienta sola en esta bella aventura de la que tenemos la suerte de ser las protagonistas.

Para completar este ciclo en febrero, comienzo una formación que me hace tremendamente feliz, como Doula Holística.

Y de ahí arrancará el proyecto que hoy día me llena, como madre, como mujer.

Sentía que necesitaba daros una explicación a todas estas idas y venidas y aquí me tenéis, más sincera que nunca y siempre respetando mi parcelita de privacidad pero abriéndoos mi corazón.

Por aquí, como os contaba al principio, todo seguirá igual, cocina vegetariana, blw, estilo de vida y se avecinan unos DIY sobre maternidad chulísimos. 

Así que no me enrollo mas, gracias por leer hasta aquí; prometo no mas cambios de nombre... (ni tanta foto de viajes en mis RRSS ;)

Abrazos sinceros,

Míriam