Revista Comunicación

El cuerpo magnético de una mexicana

Por Bernal27
EL CUERPO MAGNÉTICO DE UNA MEXICANA

Esther del Río Serrano es una mexicana Química-Bióloga por parte del Instituto Politécnico Nacional de México. Estudió la Maestría en Ciencias en Biología Marina en la Universidad de Michigan, Estados Unidos; y más tarde realizó un doctorado en Ciencias, con especialidad Bioquímica, en la universidad de Córdoba, Argentina.

Ha sido profesora titular "C" en la categoría G-3 de investigador becario de tiempo completo en el I.P.N., y ha sido profesora de dicho instituto en enseñanza media superior, superior y posgrado.

Cuenta con 41 trabajos y 14 publicaciones. Ha participado en foros nacionales e internacionales dentro de los programas de la O.N.U y la F.A.O.Autora del libro: master de postgrado: onda magnética, hipertemia y comunicación celular a través de cristales líquidos, editado por La fundación iberoamericana con sede en Barcelona España para la unión Europea.

“Por azar, sea lo que sea que significa el azar, la Dra. Esther del Río hizo dos grandes descubrimientos: el primero (1968), que nuestros cuerpos están formados por una intrincada red de magnetitas que, en forma de imanes, conforman microcampos magnéticos.

El segundo (1968), que el agua que hay dentro del cuerpo no es agua "normal" sino que tiene características de cristal óptico (cristal líquido).

En otras palabras, la doctora ha encontrado que somos auténticas antenas y que somos, literalmente luminosos.”

Catalina Herrera

La Dra. Esther del Río, al estar trabajando en 1968 con tejido animal que se contaminaba inexplicablemente —por más cuidadosa que era—, observó en esas impurezas varias macromoléculas de óxido ferroso y férrico en forma piramidal, que luego serían vistas en la molécula de hemoglobina en la sangre, a lo que después se le conocerían como magnetitas. Estas macromoléculas de hierro son material biogénico —generado por los seres vivos—, investigación que fue concretizando hasta darla a conocer desde 1986 a través del Congreso de la Academia de Medicina y Homeopatía en México y en otros foros.

Otros investigadores, entre ellos Kirschbink, J.L. 1989–1992, logró observarlos a través de un microscopio electrónico de transmisión y difracción electrónica en el cerebro, otros investigadores han podido demostrar que se encuentra en todo el cuerpo.

Toda nuestra sangre está llena de estas pirámides, de manera permanente, tienen resonancia, vibración y energía electromagnética. Estas partículas son magnéticas y operan como si fueran un cofactor de óxido reducción ya que forman una red intermitente ferroso férrica y están fuera de las células de tal forma que cuando una se oxida la otra se reduce haciendo una diferencia de potencial y formando energías electromagnéticas por todo nuestro cuerpo, a este sistema se le llamó Cofactor Extracelular de Óxido Reducción (ECOR por sus iniciales en inglés).

Se trata de una red ferroso-férrica que tiene corriente eléctrica y electromagnética. Calcula la Dra. Del Río que el cuerpo tiene cerca de 100 millones de estas partículas, llamándole Sistema ECOR o cuerpo electromagnético.

Existe una geografía especial dentro de nuestro cuerpo en donde se ubican campos magnéticos, organizados y funcionales.

Debemos cuidar esta red magnética ya que protege a la bioquímica celular porque esta red es la responsable de producir energía electromagnética. "La enfermedad ocurre —explica la Dra. Del Río— cuando esos imanes, que se encuentran en forma de óxido ferroso y óxido férrico, se desorientan o se destruyen y se produce una enfermedad“. Por eso, hay que evitar exponerse mucho tiempo —o estar muy cerca— de radiaciones y ondas de frecuencias dañinas como las presentes en teléfonos celulares, antenas electromagnéticas, quimioterapia, corrientes eléctricas de aparatos electrodomésticos y las geopatías (radiaciones electromagnéticas que emanan de la Tierra y que causan daños a personas, plantas y animales), etcétera.

La confirmación de la presencia de la red magnética se está comprobando (por ejemplo, Dr. Merril Garnett, 2001).

La magnetita es un tetrahedro o pirámide cuando está en oxidación y cuando está reducida tiene forma rómbica. Todas las magnetitas se comunican entre sí. Cuando una de las partículas está oxidada, la otra se reduce por lo que se genera una diferencia de potencial y por ende, se crea un campo magnético por el que fluye corriente, y entonces tenemos millones de mini campos magnéticos.

El medio en el que se da el Cofactor Extracelular de Óxido Reducción —ECOR por sus iniciales en inglés—, es decir en el que se transmite la energía entre los campos magnéticos y la célula, es el agua. Pero, y esto es lo trascendental, esa agua encargada de transmitir la información entre las células, no es agua en la forma normal que la conocemos, se trata en cambio, de agua cristal líquido que es un estado intermedio de la materia mesomórfico o coloide. Esta agua aunque es químicamente idéntica a la otra tiene sin embargo una cualidad, única, sus moléculas están organizadas en clatratos de 37 moléculas de agua —(H2O)37— y podemos decir que el agua cristal líquido o reinnoa tiene las características del movimiento de los líquidos y las características ópticas de los cristales, es decir puede reaccionar a cualquier estímulo y transmitir longitudes de ondas, pero lo que la hace única es que guarda información o transmite información como unidad de memoria o microchips.

Nuestro cuerpo es una especie de gran computadora, en la que la información, especialmente la del cerebro, se transmite por medio de impulsos electromagnéticos, por lo tanto es imprescindible que haya un medio o un líquido que permita la comunicación de longitudes de onda vibratoria.

El agua simple que tomamos todos los días sí sirve; pero para que sirva debe ser transformada en cristal líquido. Este proceso de transformación se lleva a cabo de manera natural en nuestras células.

Sin embargo, la doctora del Río ha encontrado que conforme las personas envejecen, las células van perdiendo la capacidad de transformar el agua. El proceso de la pérdida de esta capacidad inicia a edad temprana, disminuyendo progresivamente después de los 35 años. De bebés tenemos entre 70% y 80% de agua, que decrece a menos de 50% de agua cuando somos ancianos. Por eso el agua es un elemento crucial de nuestra composición.

Sin embargo, comenta la doctora: "Por más vasos de agua que tomemos al día, si el cuerpo ha perdido o mermado su capacidad de transformarla, de nada sirve". Sólo será útil la poca o mucha agua que se pueda convertir en cristal líquido.

El cristal líquido organiza a las proteínas dentro del cuerpo y el colágeno que forma parte del tejido conjuntivo es lo primero que se desploma cuando se pierde la facultad de transformar el agua esto puede ser debido a una falla congénita o bien por la vejez de la célula de tal forma que todas las enfermedades de la colágena se pueden curar si se administra este tipo de agua. Esta agua es un líquido con las características ópticas de los cristales y transforma el rayo de luz en diferentes longitudes de onda.

Se ha encontrado que el agua clatrato es la más abundante, sin embargo no es la única en el cerebro existe el agua cristal líquido de 3 unidades y en el corazón solo se encuentran 2 moléculas.

"Somos parte de un tejido totalmente luminoso. Somos literalmente, luz", declara la Dra. Esther del Río. Con aparato de rayos X modificado (con imanes) la doctora pudo observar que los centros magnéticos emanan pequeños puntos azulinofluorescentes, que se concentran en determinadas regiones del cuerpo. "Hay una geografía totalmente establecida de electroimanes en el cuerpo”, "Es intereresantísimo que los centros de acumulaciones magnéticas que aparecen en las tomas de rayos X, coinciden perfectamente con las glándulas y con los llamados chakras hindúes; en la tradición ayurveda se supone que estos chakras son acumuladores de energía". Cuando las glándulas son dobles la esfera magnética estará en medio; por investigaciones últimas se ha podido observar que la energía que en estas esferas se produce es una energía en vórtice, que se conduce de abajo hacia arriba.

Otro dato relevante es que en las radiografías se ve una clara salida de energía por la parte superior de la cabeza de las personas. Esto es totalmente acorde con las descripciones de muchos textos antiguos, que hasta ahora han carecido de relevancia para los investigadores. Las magnetitas reciben a su vez la energía magnética del centro de la Tierra, energía que atraviesa la línea media del cuerpo y sale por la coronilla de la cabeza.

En forma explicativa el cuerpo humano se puede dividir en 3 cuerpos

A) Cuerpo magnético: conformado por magnetitas y cristales líquidos y un eje central con 7 esferas magnéticas formadas por magnetitas más cercanas unas de otras que producen energía helicoidal por todo el centro del cuerpo a lo largo de la columna, conocidas como “Chakras”.

B) Cuerpo bioquímico.

C) Cuerpo mente.

Cada “Chakra” cuya numeración es de abajo hacia arriba protege a las principales glándulas del cuerpo:

1.- Chakra asiento del alma, corresponde a las glándulas sexuales.

2.- Chakra de la espalda, corresponde a las glándulas suprarrenales.

3.- Chakra del plexo solar, entre el hígado y el páncreas (órganos y glándulas).

4.- Chakra del corazón, corresponde al timo.

5.- Chakra de la garganta, correspondiente a la tiroides.

6.- Chakra del tercer ojo, corresponde a la pineal.

7.- Chakra de la coronilla, corresponde a la hipófisis (estas dos últimas glándulas están correlacionadas y casi no se distingue una de otra por su ubicación y resonancia).

La salud es el equilibrio entre el cuerpo magnético y el cuerpo bioquímico.

En resumen, el cuerpo humano tiene la facultad de relacionarse con todo lo que le rodea mediante 5 sentidos (oído, vista, tacto, etc.) de la vida de relación y 7 más facultativos del desarrollo de la parte electromagnética de cada “chakra”, interconectada a la parte más espiritual de la conciencia superior.

La Dra. Del Río afirma que estos descubrimientos son sin duda la base científica en donde se apoyan todas las terapias integrativas conocidas como alternativas o complementarias, como por ejemplo, la acupuntura, el biomagnetismo del Dr. Goiz, la homeopatía, la moxibustión, terapia de campos magnéticos, aromaterapia, lasserpuntura, etcétera. Funcionan porque nosotros tenemos el sistema magnético cristal líquido y, en sí, la aguja utilizada en acupuntura es una bobina que genera campo magnético pulsante corrigiendo cualquier disturbio de nuestra energía electromagnética localizada, así mismo el medicamento homeopático es de orden físico-cristal líquido siguiendo las leyes de los cristales líquidos. Y así todas estas terapias alternativas interactúan corrigiendo disturbios del sistema magnético (ferroso-férrico)-cristal líquido.

En las primeras décadas de sus descubrimientos a la Dra. del Río le fue negado apoyo gubernamental para sus investigaciones. Pero afortunadamente, las cosas cambiaron. Finalmente, las investigaciones de la doctora tuvieron repercusión en el exterior. Sus trabajos fueron valorados por su aportación a la ciencia y así fue como la Universidad de Cambridge en Inglaterra, le otorgó el título de La Mujer Internacional del Año 1995-1996.

La Fundación National Geographic se interesó en sus investigaciones y la propuso para formar parte de la Academia de Ciencias de Nueva York, de la que es miembro activo desde 1994.Posteriormente, la mismaNational Geographic le da la Medalla de Oro por haber inventado la máquina que cambia la estructura molecular del agua para transformarla en Agua Cristal Líquido en 2007.

Si sólo se corrige la parte bioquímica de la célula o del cuerpo y no se toma en cuenta el cuerpo magnético o sistema "ECOR" la enfermedad deteriorara progresivamente otras funciones.

DESCARGA de archivos:

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