Revista Diario

El día de la marmota

Por Nuria Zúñiga @TuLupus

Vergüenza me tenía que dar!!! Tantos años pasando días de la marmota y yo sin dedicarle una entrada!!

Peeeeeero aquí todo tiene remedio menos el lupus, así que lo arreglamos hoy mismo y aprovecho para dejar constancia de mi nuevo récord como marmotilla, ja.

¿Qué es el día de la marmota?

Si lo buscas en Google, verás que es no sé qué chorrada de los americanos. Una marmota predice si el invierno va a durar más o si, por el contrario, la primavera se acerca.

Despiertan a una pobre marmota dando golpes en la puerta de su madriguera y luego la muestran al público cual Simba en el Rey León. A mí me hacen eso cuando estoy durmiendo y os juro que del grito que doy no alargo el invierno, sino que provoco el infierno jajaja.

El día de la marmota para mí

La marmota no es el único animal que hiberna, así que no sé por qué empecé a llamarlo así, pero el caso es que nos hemos quedado con la denominación. Los días de marmota son aquellos en que duermo y duermo y duermo. Me levanto para drogarme y duermo y duermo y duermo. Soy algo así…

Dia Marmota

Normalmente se dan en temporada de cansancio extremo extremísimo o tras cosas como una boda, un esfuerzo extra o un viaje. Por eso es importante que planifique mi vida. Muchas personas con enfermedades crónicas lo tenemos que hacer.

Mi récord como marmotilla

Ayer lo cumplí, jeje: 1 día y medio.

Sin parar de dormir.

Sí, soy del Sur, pero os prometo que no exagero.

Normalmente me basta con un día y sus 24 horas (que sí que sí), pero lo de esta vez ha sido ya dormir por pura avaricia. Os juro que lo necesitaba!!!

¿Por qué ocurren los días de marmota?

Hubo uno en que casi mato a Pili y Ángel de la preocupación jajaja. Fui a Sevilla a verles y, tras el viaje, tocó día de marmota… Y no les avisé de la posibilidad (quizá ni yo misma lo sabía). Y ahí los tuve a los pobres na más que llamándome al móvil y yo sin contestar… ¿Llamaron al final al hotel? No lo recuerdo… Pero sí que me dijeron “Japutaaaaaaaa!!!! Eso no se haceeee!!!” Jajaja.

Este ultimo día y medio de marmota ha ocurrido porque se han juntado varias cosas:

– He tenido una boda en Barcelona (implica viaje, darlo todo en la boda y socializar- que cansa! Por mucho que me guste).

– En esos benditos berenjenales en que me meto, he ayudado a mi asociación a preparar el día mundial del lupus :-) . Muuucho trabajo, pero mola!!!

Son días en que hago más de lo que mi cuerpo puede y debe. Y digo ‘debe’ porque, en el caso de mi lupus, los excesos suelo pagarlos (mejor no recordamos el síncope).

Ahora mismo tengo una cara preciosa pa enmarcarla, vamos. Los que me visteis en la tele por el día mundial del lupus ya la disfrutasteis :p. La alegría que le voy a dar a mi médico cuando me vea, ja.

Y mira que me advirtió de la sobre actividad y esas cosas… “Nuria, vigila el estrés y el esfuerzo extra”- me dijo… Pero es que cuesta tanto!!! Y más cuando a veces un esfuerzo extra es hacer la comida…

¿Puedo evitar los días de marmota?

Pues hay veces en que sí y veces en que no…

En ocasiones, hagas lo que hagas, te levantas…

Nop… pues va a ser que no… No puedes.

Quieres.

Lo intentas…

Pero no puedes

En serio que el otro día tenía a Jorge desternillao porque cada vez que se asomaba al cuarto estaba en una postura, a cada cual más estrambótica. Y todo ello en mis intentos de levantarme y no poder!!!

Y es que… como siempre digo, hay veces en que querer no es poder.

No es divertido dormir tanto

Seguro que has pensado “ya quisiera yo pasar un día y medio durmiendo“.

Ya… Ja.

Los días de marmota no molan. Tú quieres hacer cosas, pero tu cuerpo no respondePowered By the Tweet This PluginEl día de la marmotaTweet This

¿Sabes? Desespera tanto que intentas levantarte una y mil veces… El otro día, tras un día perdido de mi vida (porque es lo que es: un día perdido!), me levanté. Entre otras cosas porque con el SAF no debería yo estar taaaaanto tiempo tumbada, me dolían las piernas y pensé que a lo mejor podía aliviarme algo levantarme.

Total, que (no sin esfuerzo) logro levantarme y me vengo al PC (la actividad más tranquila que pude pensar). Y madre mía… para qué me levantaría???

Pasarlo mal, no. Lo siguiente!!! Así que comí y pa cama de nuevo. (Bueno, no llegué a la cama. Me desplomé en el sofá :p).

Tras el día de marmota…

Marmota he vuelto

A la carga!!!! Me como el mundo, vaya!!!

Te sientes taaaaaaaaaaaaaaaan bien por volver a la vida!!! Tienes energía! Puedes hacer cosas!!!

En serio que ni os imagináis lo que se siente.

Y qué haces cuando vuelves a la vida? Normalmente limpio la casa :-) .

Boooooooo qué juergas, no? Jajaja.

No… Limpias la casa porque te sientes tan culpable por no poder hacer las cosas que en cuanto tienes energía la empleas en hacer lo que los demás hacen por ti cuando tú no puedes.

Te lo tomas con calma, claro. Acabas de salir de un día de marmota y no quieres otro!!! Pero el caso es que te sales a comerte el mundo (esperando que no te coma luego él a ti 😉 ).

Si sobran energías, como fue mi caso, esta última vez, te vas a la pradera a ver el ambiente de San Isidro :-) . Y al día siguiente te lo tomas tranquilo porque, de nuevo, no quieres otro día de marmota.

Y así nos vamos planificando y dosificando las cucharas. No hay otra! Y a veces nos pasamos de valientes, dosificamos mal y cataplaf!

No lo comprendo!!!

Para muchos es difícil comprender que un día esté sin poder casi ni hablar del cansancio y que al otro esté ganando un muñeco en los dardos, allá en las fiestas de San Isidro.

El lupus es así, qué quereis que os diga? Ni los médicos lo comprenden ni yo puedo saber cuándo estaré bien y cuándo estaré para el arrastre. Por eso mismo hago lo que hago: aprovechar cada segundo que tenga bueno.

Tengo lupus.

Por eso mismo bailo sevillanas cada vez que puedo;

Es por eso que en los días buenos canto y salgo a la calle…

Porque no todos mis días son buenos…

Y en los días malos es agradable poder sonreír al recordar los momentos buenos.

Y el trabajo?

Claro, porque suena a que hago lo que me da la gana… menos trabajar.

Ya. Sí. Claro. Como que a mis 35 años a mí me va esto de no ser productiva, tener aparcado el que siempre fue mi proyecto de vida y tener un sueldo.

No tendría por qué dar explicaciones como ésta. Nadie con una enfermedad que le limite de este modo debería dar explicaciones porque no tenemos nada que demostrar. Ya nos demostramos bastante a nosotros mismos cada día.

Porque os cuento que he estuve ayer en la feria y puse fotos en Twitter (pues claro, y por qué no?). Pero hay otras muchas cosas que no os cuento…

Como que no estuve ni 3 horas y acabé con unos dolores que no se pueden describir.

Como que Jorge tuvo que ir a por el coche y venir a recogerme porque no podía dar un paso más.

Como que fuimos a llevarles rosquillas a mis suegros, pero al no haber ascensor en su casa no pude subir. Subió Jorge y tuvo que explicar por qué Nuria no podía darles las rosquillas…

Y eso, gente, duele en lo más profundo del alma.

Duele no ser capaz de subir unas escaleras porque te duelen las piernas.

Duele a cualquier edad porque la incapacidad siempre duele… Duele no poder hacer cosas que antes hacías de tal modo que ni valorabas lo grande que es poder subir unas escaleras.

Pero más duele a los 35 años. Porque no puedes evitar mirar atrás y recordar cómo soñaste tu futuro… Y eso no lo imaginabas.

Y entonces no puedes evitar mirar hacia adelante y preguntarte cuánto tiempo más durará… Y qué vas a hacer cuando tengas más años!!!

Así que decidme… ¿Por qué tengo que contar esto? Prefiero contar que me lo he pasado bien.

Hay muchas cosas que no se ven y por eso mismo no hemos de juzgar: porque cada uno elige expresar su vida de un modo. Yo elijo éste:

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– Mis berenjenales y yo.

– El valor de unas sevillanas.

– Cómo es vivir con lupus: la Teoría de la cuchara.

– ¡Son mis cucharas!

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