Revista Ilustración

El día en que murió leonardo da vinci

Por Davidrefoyo @drefoyo
EL DÍA EN QUE MURIÓ LEONARDO DA VINCI
cuanto más sencillo tú lo ves / más difícil se me hace
A. Sanz

Si alguien debiera estar impresionado aquí, soy yo. No voy a leer las líneas de las manos y estas llagas en las llemas de los dedos son fruto, únicamente, de la ilusión. Los retos deben ser alimentados de forma constante para valorar el progreso. Los porcentajes de tiro como un viejo triplista balcánico que ahora vive en los campos de Utah, en mitad de la nada. No pretendo alcanzar la línea de meta porque no busco el final, sólo el inicio, el pistoletazo de salida, una nadadora que bate el récord del mundo absoluto, por encima de los hombres. Lanzarme al agua. Buscar esa luna llena imposible de desperdiciar. A mi espalda el sol, cayendo lentamente al otro lado del río, sobre un ejército de corcheas que alcanzan la sangre, la hierve, pero no la evapora; no. Esta sangre caliente permanece, quieta, como el cauce delagua, como los campos de cereales en este apartado punto de la geografía. Todo cuanto busco está ahí, bajo esa camiseta de tirantes que cubre la secreta piel del faro de Alejandría. He venido a componer canciones sobre la marcha, a aportar soluciones, a prestar un hombro a veces desvalido, nunca abandonado. No soy de los que se rinden fácilmente. Acabaré aceptando monedas antes de convertirme en la jukebox definitiva. En el orden necesario de las cosas; las de verdad.

Volver a la Portada de Logo Paperblog