Revista Cine

EL DISCURSO DEL REY - Alternativas

Publicado el 13 marzo 2011 por Loscriticones
EL DISCURSO DEL REY - Alternativas

No acabo de conmoverme ni de meterme en la tragedia de ese pobre rey (¿!) que no sabe leer un discurso (del que le resbala lo que contenga) sin tartamudear en medio de una Europa en guerra total que parece darle exactamente igual.

Tampoco entiendo el Oscar (¿hay que entender los Oscar?) de Colin Firth que me parece un tipo muy aburrido y muy repeinado al que no se le mueve ni un músculo de la cara. Me gustó más Geoffrey Rush sin que te cambie la vida, correcto.

Peliculita, por tanto insondablemente formalita, aseada y estomagantemente conservadora que no tengo ni pajolera idea de por qué ha gustado tanto.

Para rey inglés y tartamudo yo hubiera preferido la historia del colérico Carlos I de Inglaterra, previamente Duque de York como el Jorge VI de la peli, un tipo bilioso y resentido porque tampoco él era el heredero previsto. Enfermizo, feote, enano y tartamudo.

El guay era su hermano pero la espicha. Así que, acomplejado y cabreado a perpetuidad se dedicó a joder desconvocar el Parlamento, inaugurar salvajes impuestos para la plebe (los nobles, recuerden, no pagan), declarar la guerra a España y Francia (acabando con las paces mantenidas por su padre Jacobo VI, un rey enrrollado y campechano…¿les suena?), liarse a guerrear aquí y allá y a inaugurar en definitiva el primer absolutismo tiránico de Europa del siglo XVII. Lo hace tan bien el tío que consigue que alguien inaugure un hacha con la cabeza de un rey de Inglaterra.

Vamos que el personal se enfada y Cromwell y los suyos hacen la primera revolución europea moderna e Inglaterra se convierte en una república: ¡1649!, mucho antes que lo de los franceses. El caso es que el personajazo del rey, tras negarse por tres veces a pedir la súplica con la que hubiera salvado la testa, se marca un discurso del tirón y sin rastro de tartamudez sobre el mismísimo patíbulo para reivindicar su trono, su perona y su soberanía. Le queda un speech tan chulo que se lo publican y vende más que los panfletos liberales de Hobbes y esos revolucionarios. La república dura mientras vive Cromwell, cinco minutos.

No me dirán que no mola mucho más este rey que el de la peli...

ARM


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