Sabéis que hace cosa de un mes colgué mi novela, Nunca fuimos a Katmandú, en Amazon, un poco porque pudiera llegar a más lectores y un poco por juego, por curiosidad, por ver que pasaba y qué era eso del ebook que se nos estaba viniendo encima (que ya está aquí) irremediablemente.
Mi novela está funcionando bien también en ebook, creo. De entre los miles de libros que se ofertan en Amazon, lleva casi desde el principio en el Top 100 de los más vendidos. La última vez que lo he mirado estaba en el puesto número 5 de Literatura y Ficción y en el 27 del Top 100, aunque eso varía a cada hora.
Para mantenerse y ganar posiciones hay que hacer toda una campaña de autopromoción de manera continuada, lo que (a mi, al menos) me absorbe mucho tiempo y energía, y eso que no estoy muy puesta en esto y se me escapan cantidad de posibilidades.
Como lectora las cosas no son más fáciles. Me compré una tablet para poder leer a tantos y tantos amigos que están publicando en ebook. Y si antes se me amontonaban los libros en las estanterías y acumulaban polvo hasta que podía echarles el ojo encima, ahora se me amontonan ebooks en la tablet, y cada vez que veo la selección de más de 100 libros que he hecho de los 2000 que tengo guardados, casi me da un ataque de ansiedad.
En fin, que todo esto es una locura. Aunque supongo que con el tiempo nos iremos haciendo a ello y lo sobrellevaremos, más o menos.
La única pega es que los días siguen teniendo 24 horas...
Feliz semana!