Revista Política
En el décimo aniversario de la infame Reunión de las Azores, en la que Bush y Blair decidieron la invasión de Irak con la presencia de Aznar como convidado de piedra, el diario El País acaba de hacer público un vídeo al parecer grabado en los primeros meses de 2004, que muestra como un grupo de soldados españoles torturan a dos prisioneros iraquíes hasta asesinar a golpes y patadas a uno de ellos, según la frase que pronuncia uno de los torturadores ("joder, a ese te lo has cargado"). Estamos pues ante un evidente caso de crímenes de guerra cometidos por soldados españoles, presuntamente ocultado por mandos y oficiales que no podían ignorar lo sucedido máxime cuando ese acto delictivo tuvo lugar en el interior de instalaciones militares y fue grabado por los propios soldados que lo cometieron. Es un secreto a voces que estas acciones se practican absolutamente en todos los ejércitos del mundo y en todas las épocas. Si quienes acuden al ejército profesional ya son de por sí individuos cuyo coeficiente mental raramente iguala y menos supera el promedio en el medio humano del que proceden, ocurre que el entrenamiento militar les deshumaniza hasta convertirlos en máquinas de matar que trivializan el dolor y la muerte ajenos (y en casos de psicopatologías agudas, llegar a disfrutar con ellos), a la vez que les dota de coartadas ideológicas (la Patria, el honor, etc) bajo las cuales justificar los comportamientos individuales o grupales más abyectos. Recuerden otro video famoso reciente grabado accidentalmente por una turista argentina en Chile, que muestra el entrenamiento de un grupo de soldados chilenos y las aberraciones criminales que cantaban mientras marchaban a las órdenes de su instructor. El día anterior a la aparición del ya famoso vídeo pude ver en TV3 una interesantísima película norteamericana sobre el tema, "En el valle de Elah", que les recomiendo encarecidamente visionar. El transfondo del film es la guerra de Irak pero en realidad alude a todas las guerras y a todos los ejércitos modernos, con la famosa inadaptación de los soldados regresados como argumento central. Personas de escasa formación humana y académica a los que se ha convertido en dioses impunes que lo tienen todo permitido en la zona de guerra, regresan a su país de origen y chocan sin remedio con las reglas sociales establecidas, a las que contemplan como cortapisas a impulsos y pulsiones que creen tener derecho a seguir satisfaciendo por cualquier medio.
De todos modos no hay que ir a los EEUU para encontrar casos de ese cariz. En España hace tiempo que se habla del "síndrome de Bosnia" entre los soldados retornados de las llamadas "misiones de paz". Menudean los casos de ex soldados que participaron en ellas y que ahora padecen graves problemas mentales; algunos de ellos han llegado al asesinato, como el tipo que iba dejando cartas de la baraja sobre sus víctimas (imitando al comandante enloquecido de "Apocalyse Now"), o el que mató y quemó a sus dos hijos (cuyos cuerpos aún no han sido plenamente identificados), y que según una antigua amiga regresó de Bosnia convertido en un psicópata. En repetidas ocasiones políticos y mandos militares españoles han fanfarroneado diciendo que estas cosas les pasan a los norteamericanos, pero que en el Ejército español no son posibles. Como daba a entender esta mañana la periodista Soledad Gallego Díaz en la SER, lo que en realidad están diciendo es que hasta ahora no era posible que se conocieran porque evidentemente ellos se encargaban de taparlas. En guerras como Irak y Afganistán el tipo de "incidentes" reflejados en el video ahora destapado son por pura lógica sino diarios, si más frecuentes de lo que los ciudadanos bienpensantes quisieran creer. Recuerden que en Irak tropas españolas dispararon a mansalva sobre una multitud que cercó la base española, dando muerte a decenas de personas de toda edad y condición, y que en Afganistán hace dos o tres años otra muchedumbre enfurecida estuvo a punto de asaltar el cuartel español porque según ellos en su interior se torturaba a prisioneros afganos. Y es que estos casos no surgen de la nada. Basta con darse una vuelta por foros militares españoles en Internet para ver la mentalidad e ideología que se respira en ellos, y como se presagian casos como el descrito en mensajes nada cifrados. Mensajes que se refieren explícitamente al peligro que representan para España "los moros" en general y singularmente Marruecos: xenofobia, racismo, militarismo y desde luego fascismo, afloran bajo la bizarra arrogancia y los toscos prejuicios de unos presuntos "profesionales" cuyo comportamiento no cuesta mucho imaginar una vez en situación de faena en Irak o Afganistán, sin ir más lejos. Algunos de esos mensajes están firmados con nombres y apellidos, e incluso hacen constar la graduación. En esta como en tantas otras cuestiones similares, quien no ve es porque cierra los ojos. La imagen que ilustra el post está tomada del video ofrecido ayer por El País en su página web.