El “eso eres tú” de Herzog

La talla de un artista verdadero se ve en esa semejanza de familia que tienen sus obras y que, suele definírselo así, es la huella de la “obsesión del artista”.  Más allá de las definiciones, lo cierto es que hay una búsqueda y que es visible de punta a punta en la serie de obras que conforman una secuencia artística.
En Grizzly man (2005), el maravilloso Herzog toma las filmaciones de Timothy Treadwell, un ecologista extravagante, por no decir estúpido, que se va a vivir con osos y hace un documental que lo obliga a uno a interesarse por ese estúpido, cuyas frases, cuya cotidianidad, adquieren un tono sublime a partir del hecho de que, nos enteramos cerca del comienzo de la película, el estúpido es devorado por los osos, él y una amiga.¿Qué tiene de "familiar" este documental con Aguirre, la ira de Dios?  Bueno, se ve inmediatamente: la naturaleza en su grado más salvaje y primitivo.  Basta ver los comentarios de Herzog sobre la belleza de las tomas que Treadwell hacía inconcientemente, aquellas en las que se callaba y la cámara, aún prendida, captaba en su inocencia y en su peligro.  Son tomas que están entreveradas en las películas que el alemán hizo sobre América: Fitzcarraldo o Aguirre, la ira de Dios.  Pero a esta captura de la Naturaleza en su inocencia salvaje hay que agregar esa otra inocencia salvaje sobre la cual el cine de Herzog se apoya: la propia naturaleza humana.  Porque el punto donde Herzog "difiere de él", de Treadwell, es que la Naturaleza, para el alemán, es caos, destrucción y muerte; para Treadwell, es armonía, balance (se la pasa diciendo "te amo" a cada criatura que conoce).  Por eso Herzog se siente fascinado por su sujeto de estudio en aquellas partes de la película en las que Treadwell, el "oso" de Herzog, entra en contradicción (cuando, por ejemplo, uno de los osos mata a una cría sólo para que la osa deje de amamantar y entre en celo otra vez).Este es una de las "obsesiones" del propio Herzog: en el "eso eres tú" de la Naturaleza, en el mínimo denominador del ser, en la estúpida inmediatez de las cosas, está el "eso eres tú" del ser humano.  Una secuencia de la película, que supera cualquiera de terror, es la que muestra los testimonios (porque con eso ya basta) de los que oyeron el audio, de cuando Treadwell y su amiga son atacados y devorados por un oso.  La reducción de un ser humano, con todas sus particularidades subjetivas, a un resto informe de carne y ropa; la reducción de la empresa de un megalómano a la paciente erosión con la que la Naturaleza gusta de someter a los proyectos humanos: eso es lo que muestra el arte de Herzog.