Un estudio desarrollado por expertos del Instituto de Investigación de Salud Digestiva de la Universidad McMaster (Canadá), e investigadores del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA) perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), concluye que el estrés en la infancia provoca cambios en la flora intestinal, trastornos de la ansiedad y otras enfermedades que se mantendrán en edad adulta.
Varias investigaciones han demostrado que los episodios traumáticos en la infancia se asocian a un mayor riesgo de sufrir enfermedades metabólicas, psiquiátricas e intestinales en edad adulta, aunque hasta el momento se desconocen los mecanismos de dicha asociación, lo que sí se sabe es que sufrir un episodio de estrés prolongado causado, por ejemplo, por la separación de los recién nacidos de su madre, provoca una disfunción en el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal.
Se trata de un conjunto de interacciones entre el hipotálamo, la glándula pituitaria y la glándula adrenal o suprarrenal, las interacciones entre estos tres órganos forman el eje HHA, parte esencial del sistema neuroendocrino responsable de controlar las reacciones al estrés, además de regular procesos como las emociones, el metabolismo o la digestión, entre otros. Hay que decir que este conjunto de interacciones están presentes en muchos organismos, por lo que los resultados de la investigación realizada con roedores de laboratorio se pueden trasladar a los seres humanos.
Los expertos explican que la investigación demuestra que la separación de la madre en la infancia provoca alteraciones en la composición y funciones de la flora intestinal relacionadas con la síntesis de los neurotransmisores, también guarda relación con el desarrollo de otros trastornos, como por ejemplo la ansiedad, lo que aumentaría el riesgo de sufrir en edad adulta problemas como la depresión. En la investigación se trabajó con dos grupos de roedores con la finalidad de poder determinar una relación causal entre la flora intestinal, el estrés y los trastornos del comportamiento, los expertos explican que algunas de las alteraciones neuroendocrinas producidas por el estrés crónico son independientes de la flora intestinal, sin embargo, la flora influye en el desarrollo de alteraciones del comportamiento, actuando como factor causal de la ansiedad.
Los investigadores explican que la transferencia de la flora intestinal alterada en ratones con ansiedad, en ratones que no han sido sometidos a episodios de estrés y en ratones que han sido separados de sus madres, provoca la aparición de diferentes perfiles microbiológicos, perfiles que están asociados a los trastornos del comportamiento en aquellos ratones que fueron sometidos a un episodio de estrés por la separación materna. Esto demuestra que la flora actúa como agente causal, pero sólo en aquellos individuos predispuestos, es decir, en los que sufrieron una exposición temprana al estrés.
Según explican aquí, los resultados obtenidos pueden ser de gran ayuda para mejorar en un futuro el estado de salud mental, así como para reducir el riesgo de desarrollar diferentes patologías a través de la modulación de la flora intestinal utilizando la dieta y concretamente la introducción de bacterias beneficiosas que están presentes en los alimentos probióticos.
Modular la flora intestinal con la dieta en niños que han sufrido episodios de estrés reduciría el riesgo de desarrollar las enfermedades antes mencionadas. La investigación es interesante, ya que da lugar a una nueva línea de trabajo para la prevención de los trastornos del comportamiento y otras enfermedades en las que la flora juega un papel causal, podéis conocer más detalles del estudio a través de este artículo publicado en la revista científica Nature.
Foto | Japeye
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El estrés en la infancia provoca cambios en la flora intestinal