Durante esta última semana, ha aparecido en numerosas ocasiones en los telediarios de la televisión húngara y periódicos la llegada al país del ciudadano magiar Előd Tóásó, tras pasar más de 5 años en una cárcel de Bolivia y que, tras cumplir la condena, había abandonado el país cruzando la frontera con Chile, desde donde había volado hasta el aeropuerto Liszt-Ferenc de Budapest. ¿Qué había hecho un húngaro para pasar más de un lustro entre rejas en Bolivia y tener que salir del país cruzando la frontera con otro estado? La noticia me pareció interesante y comencé bucear entre la prensa húngara y la boliviana. Előd Tóásó es uno de los protagonistas de una oscura y espectacular historia que parece un guión de Hollywood.
Están los hechos, muy poco claros. Está la versión del gobierno boliviano. Y está la versión de Előd Tóásó y Mario Tadic, los supervivientes, quienes salieron recientemente del país tras cumplir condena.
Comencemos con los hechos: en la madrugada del día 16 de Abril de 2009, en torno a las 4 de la noche, un grupo de las fuerzas especiales de la policía boliviana (UTARC) asalta varias habitaciones del Hotel Las Américas, en la ciudad de Santa Cruz. El asalto dura media hora, con el resultado de tres ciudadanos extranjeros muertos: Eduardo Rózsa Flores, de 49 años, nacionalidad boliviana y húngara, Árpád Magyarosi, de 28 años, húngaro étnico de Rumanía, y Michael Martin Dwyer, de 25 años, irlandés. Otros dos extranjeros, Előd Tóásó, de 30 años, húngaro étnico de Rumanía, y Mario Tadic de 56 años, boliviano-croata, son detenidos por la policía.
Según el gobierno boliviano, formaban una célula terrorista de mercenarios extranjeros de extrema derecha fuertemente armados y contratados por los dirigentes opositores de Santa Cruz, que se disponía a atentar contra el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el vicepresidente, Álvaro García Linera, para comenzar una revolución en el país. Cuando las fuerzas de seguridad asaltaron sus habitaciones, fueron recibidos con disparos, por lo que abrieron fuego con el resultado ya mencionado. Los dos supervivientes habrían esperado con las manos en alto.
Sin embargo, las pocas pruebas que hay de estas acusaciones apenas sostienen la versión oficial. El día del asalto las cámaras de vigilancia del hotel no funcionaban, la policía tardó 16 horas en retirar las cuerpos, y los testigos del hotel afirman que los agentes no fueron recibidos con disparos, sino que ellos dinamitaron las puertas y entraron violenta y repentinamente a las habitaciones. No obstante, lo más sorprendente lo revelaron las autopsias de Magyarosi y Dwyer una vez repatriados a sus países de origen, y solicitadas por sus familiares, que no daban crédito a la versión del gobierno boliviano.
En ambos casos no se encontraron pruebas de que ninguno utilizase arma alguna durante el asalto (restos de pólvora en manos o brazos), además de que las autopsias contradecían los informes bolivianos. Dwyer murió por un solo disparo, no por seis, mientras que Magyarosi recibió hasta siete disparos, pero ninguno fue mortal y murió ahogado por su propia sangre media hora después, no desangrado. Los tres primeros disparos los recibió con los brazos protegiéndose el rostro, en forma de cruz. La teoría forense es compatible con la de una ejecución y no con la muerte en un tiroteo entre ambos bandos. Además, tras el asalto, un ministro del gobierno de Bolivia enseñó la foto de un grupo de personas con uniformes militares y armas, quienes aseguró eran algunos de los acusados de terrorismo, para reforzar la versión del gobierno. Posteriormente, varios ciudadanos bolivianos aseguraron que la foto era de otras personas, concretamente un grupo de amigos practicando airsoft (un juego con armas de aire comprimido), lo que añadió aún más confusión al caso.
Los dos supervivientes, Előd y Mario, fueron detenidos y llevados a la prisión de San Pedro, en La Paz, donde defendieron su inocencia durante años hasta que llegaron a un acuerdo con la fiscalía para confesar su culpabilidad y reducir la pena, fijada finalmente en 5 años y 10 meses. Tras cumplirla íntegramente, el pasado mes de Marzo, el gobierno les concedió la libertad. La embajada húngara de Buenos Aires facilitó a Előd Tóásó un pasaporte temporal con el que pudo cruzar la frontera de Bolivia con Chile con la ayuda de un movimiento baptista, desde donde tomar un avión de vuelta a Hungría. Una vez en suelo húngaro, Tóásó se confesó inocente y añadió que tan solo admitió su culpabilidad previamente para reducir su condena. Dijo haber ido a Bolivia por invitación de Eduardo Rózsa Flores, con el propósito de grabar documentales y preparar una página web (Tóásó es informático). Del paradero de Mario Tadic nada se sabe.
Tóásó y Tadic tras cruzar la frontera entre Bolivia y Chile.
¿Pero cuál era realmente el propósito de este variopinto grupo de cinco extranjeros, tres de ellos húngaros? La clave del asunto parece estar en el supuesto cabecilla del grupo, Eduardo Rózsa Flores, quien tuvo una peculiar e interesante vida. Hijo de un judío húngaro que emigró a Bolivia llamado György Obermayer-Rózsa, Eduardo nació en 1960 en Santa Cruz, Bolivia, en la región más desarrollada del país, con una extensa y productiva agricultura y una importante explotación de hidrocarburos. El departamento de Santa Cruz, que ocupa un tercio de la superficie del país, no posee especialmente más recursos que el resto de Bolivia, pero sí que dichos recursos son explotados, a diferencia de la mayoría de los otros departamentos del país. Además posee una exclusiva autonomía de gobierno. El gobierno de Santa Cruz es, además, opositor al gobierno de Evo Morales.
Rózsa vivió en Bolivia hasta 1972, cuando se trasladó a Chile. Tras el golpe de estado de Pinochet, su familia se mudó a Suecia hasta 1975, cuando finalmente se establecieron en Hungría. En 1989 se graduó en la universidad Eötvös Lórand de Budapest (ELTE). Se alistó en el batallón de voluntarios extranjeros del ejército croata durante las guerras yugoslavas, participando en la batalla de Osijek y fue herido varias veces. El gobierno croata le otorgó la nacionalidad tras la guerra y un alto rango militar, sin embargo, estuvo envuelto en algunos escándalos como el de las misteriosas muertes de algunos periodistas que le investigaban (y sospechaban acerca de presuntos saqueos y tráfico de drogas). En 2003 Rózsa se convirtió al islam, y poco después comenzó a estar relacionado con la extrema derecha húngara.
Imagen de Rózsa en un hotel de Bolivia, varios días antes de su muerte.
Según el propio Rózsa, que concedió una entrevista al periodista húngaro András Kepes poco antes de su último viaje a Bolivia, había recibido una oferta del gobierno de Santa Cruz para ser jefe de policía y formar una fuerza de autodefensa ante una inminente operación militar del gobierno boliviano contra el departamento. Rózsa, pese a que vivía desde hacía tiempo en Hungría, afirmó amar su tierra natal y estar dispuesto a dar su vida por defenderla, sin cobrar nada. Dijo que probablemente el gobierno boliviano estaba al tanto de ello, y que volaría al estado fronterizo brasileño de Mato Grosso, desde donde entraría a Santa Cruz por tierra mediante un transporte facilitado por contrabandistas locales. En la entrevista afirmó que en ningún caso su objetivo era terminar con el gobierno de Evo Morales, sino tan solo crear unas fuerzas de autodefensa en Santa Cruz. Puso como condición que no se emitiese hasta que él retornase del viaje o falleciese, por motivos de seguridad.
Otras versiones apuntan a que en realidad el objetivo era que Rózsa crease una fuerza paramilitar local para comenzar una guerra civil y lograr la secesión de Santa Cruz de Bolivia. Posiblemente esto es lo que el gobierno boliviano creyese para dar luz verde a la operación policial. El periodista de guerra español Julio César Alonso afirmó en varios programas de la televisión boliviana haber seguido durante años en las guerras de los balcanes a Rózsa, y dijo que este era un mercenario especializado en iniciar y preparar conflictos bélicos, junto a su selecto grupo de hombres, tarea que habría ido a realizar a Bolivia junto a amigos suyos de grupos de extrema derecha, respaldando con su declaración la versión oficial del gobierno boliviano. Según Alonso, Rózsa y sus hombres habrían sido ejecutados intencionadamente por las fuerzas de élite (que luego hicieron chapuceramente un intento de que pareciese un tiroteo) para abortar la posibilidad de una guerra civil y una secesión (llegó a compararlo con el caso de Kosovo).
Eduardo Rózsa Flores.
La conexión entre Tóásó, Magyarosi y Rózsa, era, según los medios húngaros, el formar parte de la Székely Légió (Legión Székely), un grupo fundado en 2002 por húngaros étnicos de Transilvania unidos por su deseo de independencia de la región, y que, según ellos, practican diversos deportes como la escalada, supervivencia en montaña o airsoft. En 2006 el periódico rumano de Bucarest Ziua publicó un artículo donde acusó a la Székely Légió de grupo paramilitar y de buscar la independencia del país Székely mediante el uso de las armas y la violencia (lo llegó a llamar la "ETA de Rumanía"). Además, la relacionó con ideología de extrema derecha. En su día, el periódico húngaro Index publicó varios artículos con esta información, que pueden consultarse aquí y aquí.
Tóásó era profesor de informática en Budapest, y había conocido a Eduardo Rózsa en la presentación de uno de sus libros (Rózsa era actor y escritor también), quien le ofreció posteriormente viajar a Bolivia. Debido a su mala situación económica en Hungría, Előd decidió emprender el viaje. Magyarosi era un amigo de la infancia de Előd, nacido como él en Marosvásárhely (Transilvania) y aficionado a la música. Ambos se conocieron en el colegio de la localidad de Szovata, y eran miembros de la Legión Székely. El irlandés Dwyer habría conocido a algunos de ellos, entre ellos Tóásó, mientras trabajaba en I-RMS (una empresa de seguridad privada).
Tóásó, en una foto publicada por el diario húngaro Index, en lo que parece un entrenamiento de la Székely Légió.
Magyarosi, en otra foto publicada por Index, posando con lo que parece un fusil kalashnikov junto a la bandera de la casa de Árpád.
Magyarosi, durante un concierto. Era conocida su afición por la música. Fotografía publicada por el diario Index.
Sin embargo, un documento de los servicios de inteligencia de Estados Unidos publicado por wikileaks, complicó aún más la enrevesada historia, afirmando que en realidad no fue el gobierno opositor de Santa Cruz quien contrató a Eduardo Rózsa para iniciar una guerra civil ni crear una policía de defensa, sino que fueron los propios servicios secretos del gobierno de Bolivia, para montar una falsa trama terrorista y justificar la posterior persecución contra los opositores de Santa Cruz, principal bastión de la oposición contra Morales y con ansias independentistas debido a su privilegiada situación económica. La fuente parece fiable según el informe, y se refuerza con la oscura versión de la operación policial en el hotel Las Américas, que, a juzgar por los informes de las autopsias, tiene tintes de ejecución sumaria por parte de la policía de élite boliviana. El ex-fiscal del caso (denominado Caso Terrorismo) Marcelo Soza, exiliado en Brasil, confirma esta versión. Habría que señalar, no obstante, que Estados Unidos no tiene precisamente mucha simpatía por el gobierno de Evo Morales en Bolivia.
A su llegada a Hungría, hace unos días, Tóásó afirmó que tan solo se declaró culpable para rebajar la pena de cárcel, que llegó a Bolivia junto a Rózsa para, tal y como dijo, organizar la defensa de Santa Cruz, y que su tarea era la informática y la documentación, ni mucho menos tenía objetivos terroristas. Afirmó haber cumplido su pena de prisión y ser un ciudadano libre que cruzó la frontera legalmente, enseñando el sello en su pasaporte, para salir de Bolivia, país en el que no se sentía seguro.
Tóásó, en su llegada al aeropuerto de Budapest hace varios días.
¿Tenía realmente un lado oscuro este grupo de personas? ¿Eran mercenarios contratados que iban a iniciar una guerra civil en Bolivia contra el gobierno de Evo Morales? ¿Su objetivo era el de formar una policía en Santa Cruz, amparada por el gobierno regional? ¿Cayeron en una trampa organizada por los servicios secretos bolivianos para tener una excusa y atacar a los opositores de Santa Cruz, neutralizándolos como líderes políticos? Hay versiones y opiniones a favor y en contra de todas las teorías.