Revista Política
Según cuenta El País de ayer, el Ayuntamiento de Madrid (PP) impide el acceso a determinadas páginas web desde las terminales informáticas conectadas a Internet que ofrecen las Bibliotecas públicas de esa ciudad. Política que sitúa al municipio madrileño a la altura de países tan avanzados en materia de libertades como China, Cuba o Corea del Norte.
Según el diario, si usted intenta acceder a, por ejemplo, una web relacionada con el Movimiento 15-M desde una Biblioteca pública madrileña, aparece este mensaje, que parece sacado de la novela orwelliana"1984": "Acceso denegado por política de contenidos. Usted está intentando acceder a contenidos no permitidos”. Quién es el fascista municipal que determina qué contenidos pueden ser o no visitados, todavía no se sabe. Sin embargo me juego una comida en "Set Portes" a que sí se puede acceder sin problemas a las páginas de Democracia Nacional, la web Generalísimo Francisco Franco y otros sites por el estilo desde los que se expende basura fascista al por mayor.
Los motivos dados desde el Ayuntamiento que preside el dialogante centrista Alberto Ruiz Gallardón son que las páginas a las que se deniega el acceso tienen un “contenido inapropiado” o vulneran "alguna medida de seguridad nacional". Ya ven, protestar cibernéticamente contra la mierda de sistema económico y social en el que tan a gusto hozan los politicastros del Partido Popular, es "inapropiado" y puede atentar contra la "seguridad" de la "nación". Criticar estas medidas calcadas de la peor censura nazi-estalinista será pronto "criminal", a menos que reaccionemos contra esta manera bastarda de impedir el acceso y por tanto el conocimiento y la difusión de la información que realmente interesa.
Como dice El País, los síntomas son muy peligrosos. Y nada aislados. Ayer mismo el Gobierno Cameron no solo prometía a su policía más "hombres, más dinero, y cañones de agua", sino que manifestaba su voluntad de clausurar las redes sociales cibernéticas que haga falta, ya que según ellos son instrumentos usados por los "delincuentes" para organizarse en las batallas campales que tienen lugar estos días en los barrios de Inglaterra. Es como si en España sin ir más lejos, se propusiera prohibir los teléfonos porque según se ha demostrado han sido el instrumento predilecto de los miembros de ¨la red Gürtel para ponerse en contacto entre ellos y con políticos del Partido Popular; o que ya puestos, se decidiera prohibir los partidos políticos porque el PP haya demostrado ser una organización podrida por la corrupción de arriba abajo.
El "fascismo comunicacional" es una expresión que explica y abarca ya no solo los contenidos vomitivos que perpetran la derecha reaccionaria y la extrema derecha en los medios electrónicos, a menudo con la indiferencia o la complicidad de quienes deberían protegernos de ellos, sino también la voluntad cada vez más reiterada por gobiernos de esas coloraciones de controlar, censurar y manipular el funcionamiento de esos medios aportados por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), castrando sus posibilidades como elementos al servicio de la libertad de expresión, el conocimiento libre y la autorganización social. No sé si podrán hacerlo, pero está claro que al menos lo están intentando con todas sus fuerzas.