La ciudad es un invierno permanente
y pocas cosas más tristesque el frío en el centro del incendio.
La fotografía nos salvó del delirio,
nadie creería este sol ficticio alfinal del calendario
La prueba gráfica. Las agujetas.
Kilómetros en busca de un bocadillo,
de una cerveza,de una razón para deshacer el carril bici
los senderos
los caminos
las lindes
los territorios.
Sobre el puente vimos Londres
y los poetas al frenteenumeraban las condiciones de la luz blanca
o la asonancia de las piedras brillantes.
Un silencio sepultó la vuelta,
conscientes de que no volveríamos a ver el sol.Tal vez.
Nunca.