Revista Política

el final de las películas

Publicado el 30 diciembre 2013 por Fabio Expósito Rodríguez @FabioExposito
anoche pude volver a ver 'el show de truman', una de esas películas que nos incitan a reflexionar sobre el porqué de nuestro día a día. la vida en directo del protagonista nos devuelve la idea, y la importancia, del libre albedrío en nuestras decisiones, con un final que no por esperado resulta menos emocionante. aunque un segundo más tarde nos vuelvan a bombardear con anuncios de televisión, o con el estruendo de la gente "corriendo" cuando estamos en una sala de cine.

el final de las películas

escena final de 'el show de truman'

junto con la sana costumbre de ver películas, debería implantarse un tiempo extra para pensar sobre ellas una vez terminadas. bien es cierto que muchos argumentos no merecen este honor, pero de vez en cuando tenemos la oportunidad de aprender de los actores experiencias que no seríamos capaz de adquirir por nosotros mismos. porque en la construcción de una película intervienen personas, que por muy lejos que lleven sus historias hacia por ejemplo la ciencia ficción, muestran mucho del mundo real. buen ejemplo de ello es 'yo robot', que debajo de la acción y los músculos de will smith esconde un verdadero galimatías para nuestro raciocinio sobre la inteligencia artificial.
seguro que no soy el único que ha querido acabar con las injusticias después de ver 'braveheart', o de enseñarle a los neonazis cómo funcionaba realmente el juego con 'el pianista' y 'la vida es bella'. las películas como los libros, como algunas series, como tantas formas de arte, tienen el poder de transmitirnos mensajes y sensaciones que pueden (y deben) afectar a nuestro modo de vida. tenemos la suerte de vivir en una época marcada por el conocimiento global y debemos aprovecharnos de ello para un mejor aprendizaje. nosotros no vivimos encerrados en una isla como lo hacía truman y el final de una buena película puede ser el principio de cientos de propósitos.
no sabemos cuan lejos se encuentra nuestro the end, pero no existe mejor sensación que la de irse a dormir cada noche con la pequeña satisfacción de haberlo intentado todo. ya sea para alcanzar nuestros objetivos egoístas o para ayudar al resto, pero con el convencimiento de que vivir merece la pena. esto no siempre sucede y tendemos a encerrarnos en la monotonía, hasta que de repente vislumbramos el final de algo y renacen las sensaciones de empezar de nuevo, de intentarlo. y ahora que se acaba el año para todos se cierra un capítulo que no necesariamente será el final de nuestra película. 
si me permiten un consejo, tómense diez minutos para repensar sobre ese argumento que estamos construyendo individualmente en nuestras vidas y en conjunto en la sociedad. porque quizás en 2014 no ganemos el óscar pero merecerá la pena intentarlo. yo ya tengo dos guiones en la cabeza; uno para cambiar el mundo y el otro para encontrarla.


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