El frente Ruso, de Jean-Claude Lalumière es uno de los últimos libros publicados por Libros del Asteroide. También fue una de mis adquisiciones del día del libro; ¡como resistirme ante una desternillante sátira de la brocracia y el mundo empresarial . Efectivamente hay mucho de sátira y de humor en él pero también hay un transfondo amargo y de renuncia. El libro cuenta las peripecias de un joven frances que ansía viajar y que decide que la mejor forma de conseguirlo es opositar al cuerpo diplomático. Pero tras convertirse en funcionario descubrirá que su carrera ministerial no es tal como lo soñaba. Cualquiera que haya trabajado en la administración sonreirá y reconocerá muchas de las cosas que Lalumière cuenta aquí: todos conocemos a algún empleado que se limita a hacer sus funciones. En el caso de Philippe (…) se había convertido en un maestro en el arte de la clasificación. Lo clasificaba todo, perfecta y rápidamente, demasiado rápido ya que lo hacía antes incluso de que se trataran los distintos temas -Escuche bien: mis funciones son las de clasificar. Y yo clasifico.. O el episodio de la paloma. El bucle en el que se ve inmersa cualquier persona que quiere que se preste un servicio fuera del periodo previsto –incluso cuando las circunstancias lo exigen. Mientras lo leía, me venían a la cabeza situaciones similares vividas por mí La fauna funcionarial también es reconocible. Los Phiippe que realizan su trabajo mecánicamente y sin salir de una rutina establecida; la secretaria (administrativo o ...) que se limita a esperar la jubilación o el jefe inepto. Pero no solo ellos; la organización de un desfile del Orgullo diplomático es un buen ejemplo (y sarcasmo) de cuantas acciones se aprueban en las administraciones sin otro fin que el de la publicidad,–aunque detrás no haya más que aire. Al final, tras sus intentos fallidos por progresar en la carrera ministerial, nuestro protagonista vuelve a su primer destino, el frente ruso ¿Qué le queda ahora? Limitarse a esperar, Creo que he perdido mi capacidad de soñar.Espero, simplemente. Espero que algo suceda en mi vida (…) Pero no sucede nada. Aunque Libros del Asteroide es para mí sinónimo de calidad, esta novela me parece que no está a la altura de otras de esta misma editorial que he leído. Pertenece al grupo de los libros "para leer, pero no para tener· De todas formas, es una novela que se lee con facilidad y está bien escrita. Una pregunta muy frecuente que se hace a los escritores es cuanto hay de ellos en los libros que escriben. Sería interesante preguntarnos también cuanto hay de nosotros en nuestras lecturas. Me temo que en este caso hay mucho de mi experiencia laboral y por ello pesa más la parte amarga. La burocracia es una máquina gigantesca manejada por pigmeosHONORÉ DE BALZAC