"El gato que encontró a Dios"

de Robert Fisher y Beth Kelly. Barcelona: Ediciones Obelisco, 2003. 121 p.  ISBN 978-84-9777-017-X
De los autores de "El búho que no podía ulular", esta fábula llena de humor, nos cuenta la  historia de Marmalade, un gato cuya dueña, Ellen,  ha decidido emprender el camino espiritual. Pero ello le supone cambios en su vida, pues debe debe renunciar a comer pescado y a las deliciosas croquetas para gatos, y hacer una dieta a base de frutas y verduras, con lo que no está muy de acuerdo.
Cuando Ellen decide tomarse unas vacaciones, pues le resulta un poco difícil eso de encontrar a Dios, no tiene con quien dejar a su gato y decide llevarle a una guardería de animales. Antes que esto ocurra Marmalade se ve obligado a huir acompañado de su vecina Fluffy, y salir en busca de Dios con el único fin de facilitarle la vida a su dueña, y que sea Dios quien la encuentre a ella, de modo que todo vuelva a la normalidad cuanto antes. De esta manera comenzará la aventura, que llevará a dos gatos a la India y al Tibet en el viaje hacia la fe.
¿Qué me sugiere? Interesante y polémico tema el de la "Búsqueda" de Dios. Pues podemos pasarnos media vida o la vida entera sin creer en Dios o buscándolo sin poder encontrarlo. Razones... son muchas: tal vez porque la palabra "Dios" directamente nos hace dudar de su existencia, o tal vez porque tenemos una idea tan concreta de lo que es Dios que no encontramos en nuestra vida nada que se le parezca. O porque lo buscamos fuera, en algún lugar externo a nosotros imposible de descubrir.
Pero hay quien en lugar de llamarle Dios, le llama: la Fuente, la Inteligencia Infinita, la Mente Suprema, el Universo... Para mi Dios es el "Amor". Y cuando he leído algún libro donde aparecía la palabra "Dios" y me sentía un poco incómoda, la he sustituido por la palabra "Amor", y todo ha encajado. Y entonces resulta fácil mirar en mi interior para decubrir que siempre ha estado ahí.
Una frase que me ha llamado la atención es "Puesto que tú existes, Dios existe", pues me ha recordado a René Descartes con su planteamiento filosófico "Pienso luego existo", (Cogito ergo sum), que bien podríamos utilizarla a colación y añadirle una pequeña modificación: "Pienso en Dios, luego existe Dios".
Una cita: "Cada pensamiento, cada sentimiento, cada acción queda grabada en el universo".-